Se puede enrollar un colchón

¿Se puede enrollar un colchón? Te lo explicamos más allá de los mitos

Si buscamos por internet “se puede enrollar un colchon” probablemente uno de los resultados que encontremos indicará que sí, y nos enseñarán cómo hacerlo. Y es cierto que muchos colchones han sido enrollados al menos una vez: en la fábrica, para poderlos transportar y entregar en la tienda, o de la tienda a un domicilio. Sin embargo, los procesos de enrollado que existen en una fábrica no son los mismos que los que podemos llevar a cabo nosotros en casa, por lo que debemos pensar bien los pros y contras de enrollar un colchón.

La duda suele aparecer con los colchones de muelles. Los muelles, diseñados para trabajar en vertical, no soportan bien los esfuerzos de flexión, y al estar unidos entre sí, pueden desalinearse o deformarse al plegarse. Por eso una de las indicaciones que suelen dar quienes enseñan por internet a enrollar un colchón es doblar primero el colchón por la mitad, procurando no dañar los muelles. Pero en realidad, ¿cómo podemos saber si estamos dañando los muelles si no podemos verlos y, por lo tanto, cómo están dispuestos dentro del colchón?

La estructura también debe preocuparnos en el caso de los colchones de látex y de espuma técnica, porque aunque intuitivamente pensemos que podemos enrollarlos sin problema porque son espumas, y por definición las espumas recuperan su forma, su estructura celular puede romperse si se doblan más allá de su elasticidad, que es difícil de conocer de antemano.

La verdad sobre si se puede enrollar un colchón

En general, no podemos enrollar un colchón en casa sin riesgo de dañarlo estructuralmente. Esto, en el caso de estar nuevo, puede afectar a su garantía. Por eso como fabricantes recomendamos no hacerlo. Cuando el enrollado se hace profesionalmente, sobre todo por el mismo fabricante que llevó a cabo el colchón, se usan prensas industriales que tienen en cuenta la densidad y las capas del colchón y ejercen presión plana y homogénea sobre toda la superficie del colchón, evitando así deformaciones. Es un proceso que además no hace colapsar el colchón de golpe, sino que la plancha baja lentamente, controla la presión en varios puntos y la mantiene un tiempo para que los muelles o la espuma cedan de forma elástica y no se doble bruscamente.

Una fábrica, además, conoce el punto hasta el que se puede comprimir cada modelo (normalmente hasta un tercio o un cuarto de la altura original) y cuánto tiempo puede ser comprimido sin riesgo, además del tipo de muelle y densidad de espuma que mejor se adapta a este proceso.

De hecho, al principio hemos dicho que muchos colchones han sido enrollados alguna vez, pero eso significa que muchos no lo han sido: hay colchones que no estan diseñados para poder serlo. Algunos ejemplos son:

  • Colchones de muelles muy rígidos, o de acero de alto carbono: los muelles que sí pueden ser enrollados suelen ser de aceros más flexibles, diseñados para soportar una deformación temporal.
  • Colchones muy altos: cuando hablamos de colchones premium, que tienen mucha altura porque tienen un núcleo grueso y diversas capas intermedias y de confort, hablamos de colchones que probablemente no se pueden enrollar, porque la compresión resulta demasiado agresiva, y el riesgo es muy alto en relación al precio que tienen.
  • Colchones con espuma muy densa: los colchones de mayor densidad no suelen ser apropiados para enrollar, y de hecho es muy difícil hacerlo, porque pesan mucho. Son colchones que suelen ser de mayor calidad y más duraderos, y enrollarlos puede reducir su vida útil por el riesgo que supone para el material.
  • Colchones que no lo especifican de forma clara: hay modelos de colchones en los que el fabricante especifica que son compatibles con el enrollado, y especifican el tiempo máximo que pueden estarlo, pero si no es así, no es seguro enrollarlos.
  • Colchones muy nuevos: enrollar el colchón en casa debe ser una decisión tomada desde el sentido común, ya que si hablamos de un colchón muy nuevo y que, además, tal vez ha costado mucho dinero, estamos asumiendo un riesgo, que con uno más viejo o más barato, quizá nos es más indiferente asumir.

¿Existe algún caso en el que sí podamos enrollar un colchón?

¿Esto quiere decir que no podemos enrollar un colchón nunca, aunque necesitemos transportarlo a través de puertas estrechas, escaleras o ascensores, o en coches pequeños, o guardarlos en espacios reducidos? No, quiere decir que debemos ser conscientes del riesgo. Si el colchón está diseñado para ser enrollado (roll-pack), probablemente no tendremos problemas, pero si no se especifica este uso, lo mejor es no hacerlo, a no ser que sea un colchón viejo o barato cuyo riesgo de deterioro no sea igual de relevante que con otro más nuevo y caro. De hecho, hay que tener en cuenta que cuanto más viejo es un colchón, más rígidos son sus muelles y sus espumas, por lo que el riesgo aumenta intrínsecamente.

Al final, un colchón suele ser una inversión a muchos años, y como tal debemos tratarlo. Por eso en general los de mayor valor son los que es más recomendable no enrollar, y además suele ser difícil hacerlo por su peso y su tamaño, porque son poco maniobrables. Si necesitamos transportarlos lo ideal es protegerlos y transportarlos verticalmente entre dos personas y guardarlos en plano o, si no es posible, verticalmente, pero no excesivo tiempo porque también puede deformarse. Podemos doblarlo muy levemente y sólo en sentido longitudinal para moverlo o entrarlo en un ascensor, y no mantenerlo plegado, atándolo con cintas anchas que no aprieten en exceso.

Si decidimos enrollarlo porque el colchón está diseñado para ser roll-pack, debemos introducirlo en una funda de plástico resistente (existen fundas relativamente fáciles de conseguir para este propósito a precios asequibles), sellar esta funda dejando un pequeño agujero, conectar allí una aspiradora y extraer el aire para que quede lo suficientemente comprimido y sellar el agujero. Después debemos enrollarlo lentamente en el sentido largo (uniendo cabeza y pies) manteniéndolo recto, sin doblarlo, y fijar el cilindro resultante con dos o tres correas. Finalmente, debemos envolverlo en film o una segunda funda para asegurarlo y ya se puede transportar o guardar temporalmente. Es importante tener en cuenta que, tras ser enrollado, el colchón necesita unas 72 horas para volver a su forma y volumen habitual.

Una última cosa a tener en cuenta es el propósito para el que enrollamos un colchón, porque si es para guardarlo y debemos asumir el coste de pagar un transporte, un trastero, el material de embalaje, etc., si es un colchón viejo, tal vez nos sea más rentable comprar uno nuevo. Por eso enrollar un colchón es siempre la última opción.

Los posts de MATINER Natural-Descans tienen fines informativos y no deben reemplazar el consejo de un médico u otro profesional médico.

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