El sector del descanso no es una excepción en el auge de las ventas online. Entre sus principales ventajas podemos citar la comodidad, los precios reducidos (aunque no siempre, ya que no es difícil encontrar ofertas parecidas en tiendas), no experimentar la presión que a veces los vendedores ejercen sobre el cliente y la posibilidad de poder comparar opiniones sobre el mismo producto.
Sin embargo, hay un inconveniente principal de comprar un colchón por Internet, y es el no poder probarlo antes de usarlo. Y un colchón no es comparable a ningún otro artículo de nuestro día a día: no hay otro con el que estemos en contacto todos los días durante 8 horas, o incluso más, y del que dependa algo tan importante como la reparación del cuerpo y del cerebro para afrontar un nuevo día. Además, es una inversión importante, que no solemos hacer todos los días, y tiene unas políticas de devolución específicas, por lo que nos interesará especialmente acertar. Por eso, incluso cuando compramos por Internet, recomendamos probar el colchón en la tienda primero.
Hay que considerar que incluso probando el colchón primero en la tienda y tratándose del material al que están acostumbrados (látex, viscoelástica, etc.), hay quien no está contento con el colchón que compra, así que imaginemos qué no debe ocurrir comprar online. Sin embargo, si el colchón que más nos gusta en la tienda lo probamos durante el tiempo suficiente en el mismo establecimiento, es mucho más probable que acertemos con nuestra compra que si no lo hacemos, como indica un estudio de consumerreports.org, que apunta a que de los casi 20.000 lectores que compraron un colchón entre 2013 y 2016 y lo probaron antes en la tienda durante más de 15 minutos, el 77% estaban especialmente satisfechos con su compra.
Ahora bien, está comprobado que no sirve de mucho ir a la tienda y tumbarse boca arriba encima del colchón, sin más, y darlo por probado. Existen una serie de pautas que debemos seguir para probar un colchón en la tienda correctamente para hacernos una idea fidedigna sobre si realmente dormiremos bien en él. En este post citamos siete de ellas.
Muchas personas tienen vergüenza de probar un colchón más allá de estirarse unos momentos sobre él, y es normal, especialmente cuando nos está atendiendo un vendedor: es complicado relajarse como lo estaríamos en casa para dormir. Sin embargo, es recomendable recrear en lo posible las sensaciones que tendríamos en nuestro dormitorio, si es preciso, hablando con el dependiente para que nos deje solos en el colchón. Es importante tener presente que no sabremos qué colchón nos va mejor si no nos hemos estirado sobre él, por lo menos, 15 minutos en la posición o posiciones en las que solemos dormir.
Parece de risa, pero un colchón debería poderse probar en pijama (y ya no digamos en ropa interior o desnudos, como duerme mucha gente), ya que la sensación de nuestro cuerpo al tacto, la respuesta térmica, etc., es distinta que con ropa de calle. Como eso no es posible en una tienda (quién sabe si en alguna parte ya alguien lo ofrece), la mejor forma de recrearlo no es con unos rígidos tejanos y una camisa, ni mucho menos con traje de chaqueta y corbata o falda y tacones. Por eso, si vamos a probar colchones, lo ideal es ir con ropa cómoda, por ejemplo, un chándal, o si el tiempo es fresco, ropa fina de algodón o de lino.
Nuestro cuerpo tiene formas, necesita apoyo (presión) en zonas que quedan “elevadas” y alivio en zonas que ejercen presión el colchón. Nuestra zona lumbar queda elevada respecto a nuestra región cervical o nuestra región sacra cuando dormimos boca arriba, por ejemplo. Por eso para saber si un colchón nos da suficiente apoyo en las zonas adecuadas, podemos estirarnos boca arriba y meter una mano bajo nuestra zona lumbar y nuestra zona cervical: si notamos demasiado espacio entre el colchón y nuestra espalda es que no da apoyo suficiente.
Si acostumbramos a dormir más de lado, en vez de meter la mano en las zonas que quedan elevadas, es más fácil pedir a alguien que nos haga una foto tumbados. Si nuestra columna se ve recta, es que el colchón da apoyo suficiente. Si nuestro cuerpo hace forma de “U” es que el apoyo es insuficiente.
Si habitualmente dormimos con una misma persona, puede ser interesante que nos acompañe a probar el colchón en la tienda. No sólo para que pueda participar en la decisión, sino también para comprobar si el colchón provee suficiente independencia de lechos, es decir, si nuestro movimiento lo nota nuestro acompañante y viceversa.
Un post como este y otros que puedas leer, además de consultar información por otras vías, te puede ayudar a contar con un conocimiento de base para saber si un colchón es bueno antes de ir a la tienda. Ahora bien, es interesante aprovechar la experiencia y conocimientos del vendedor para completar la fotografía que necesitamos para elegir un buen colchón. Eso significa hacerle todas las preguntas que veamos convenientes, incluso si implican que haga las consultas oportunas al fabricante: dónde fabrica, qué materiales usa, etc. No es necesario decidirnos en un día, además: acertar con una inversión importante como es un colchón suele requerir reflexión.
Probar un colchón en la tienda no debe significar renunciar a las ventajas de Internet para comparar colchones e informarnos sobre las mejores alternativas para nuestro perfil de durmiente. Como hemos empezado diciendo, hay quienes evitan acudir a tiendas de descanso porque quieren evitar que un vendedor les bombardee a información y a preguntas y les presione para comprar. Sin embargo, esto probablemente no ocurrirá en la misma medida si nos hemos informado antes, ya que el vendedor se centrará en darnos la información que no hemos encontrado: por ejemplo, si estamos convencidos de comprar un colchón de látex, nos mostrará sólo los que están fabricados con este material, o nos recomendará alternativas que sean parecidas. Y llevar una lista con dudas acerca de los colchones sobre los que nos queremos informar también ayudará a acertar con el producto final.
Independientemente de si los fabricantes alargan esta garantía o no (en MATINER Natural-Descans ofrecemos garantías de 5 años progresivas en productos como el modelo Heveá de látex natural con 7 zonas de descanso o el colchón hecho a mano Artes Natur, por ejemplo), un colchón, por ley, tiene una garantía de 10 años, al ser un bien de consumo duradero, como un electrodoméstico, una herramienta, un ordenador o un automóvil. Además, los fabricantes deben proveer durante 10 años repuestos para los productos que han vendido, por ejemplo, muelles en el caso de los colchones o lamas de somier en el caso de otros productos de descanso.
Si quieres probar un colchón MATINER en la tienda, sólo tienes que solicitarnos el catálogo de establecimientos a los que distribuimos nuestros productos, y estamos a tu disposición ante cualquier duda.
Los posts de MATINER Natural-Descans tienen fines informativos y no deben reemplazar el consejo de un médico u otro profesional médico.