Los colchones infantiles son un elemento imprescindible para un descanso saludable y satisfactorio de bebés y niños, incluso en mayor medida de que lo son los colchones para adultos. Hay que tener en cuenta que cuando los niños son pequeños pasan casi tantas horas durmiendo como despiertos, y en ese tiempo deben recuperarse de una actividad diaria generalmente intensa y procesar la información adquirida durante el día, mejorando la memoria, la creatividad y el razonamiento, entre otros. Un buen descanso también ayuda a mejorar el humor, la concentración y la capacidad para relacionarse con los demás. Y por si fuera poco, especialmente en menores de 2 años, la mayor parte de su crecimiento físico se produce durante el sueño.
Los expertos apuntan que el mejor colchón infantil es el que proporciona una superficie firme, segura y cómoda para garantizar el descanso adecuado del pequeño. Pero en el mercado hay muchas opciones que pueden cumplir con estas premisas, por lo que elegir la mejor opción puede llevarnos tiempo de informarnos y comparar. Por eso hemos elaborado está pequeña guía de 4 pasos para elegir el mejor colchón infantil:
Lo primero que deberemos tener en cuenta para elegir el mejor colchón infantil para nuestro hijo es la medida de su cama. Si aún duerme en una cuna, será necesario un colchón de cuna, aunque si duerme en una cama infantil puede tener la misma medida que una cuna, ya que muchas son evolutivas y se convierten en cama. Un colchón de cuna debe rellenar correctamente todo el espacio para que no quede el bebé atrapado en un hueco y ser suficientemente firme para reducir la MSL (muerte súbita del lactante), mientras que uno para cama puede ser algo más mullido, porque está pensado para mayores de 2 años. Para dar con la medida correcta debemos medir el marco de la cuna o la cama sin dejar espacios. Suelen ser de 60 x 120 cm.
Al llegar a edades preescolares, normalmente los niños pasan a una cama más grande.
Consideramos esta característica antes que los materiales porque, independientemente de cuál elijamos, es importante que un colchón infantil tenga una firmeza superior a la de un colchón para adultos, suficiente para dar apoyo al bebé o niño sin que se hunda, pero sin llegar a resultarle incómodo. En el caso de un bebé este punto es aún más importante, ya que los colchones más blandos pueden ser peligrosos ya que aumentan el riesgo de muerte súbita.
Cuando se trata de un adulto, probablemente éste habrá probado varios tipos de colchones durante su vida, tanto en casa como en la tienda, por lo que tendrá un criterio fijado sobre sus preferencias. En el caso de los niños, difícilmente sabremos qué prefieren o les es más cómodo, por lo que deberemos decidir por ellos el mejor colchón.
En general, el material para un colchón infantil deberá ser duradero, porque deberá resistir manchas y filtraciones de alimentos, saliva, orina, excrementos, etc. En este sentido también es importante que sea antibacteriano e hipoalergénico, y protegerse con algún tipo de funda impermeable que aumente su vida útil, que puede ser de 5 a 10 años, dependiendo de la calidad del colchón y el uso que se le dé. La mayoría de los fabricantes recomiendan cambiar el colchón cada 5 a 7 años para asegurar el máximo confort y soporte para los niños. Además, como hemos explicado al principio, un colchón infantil debe proporcionar suficiente apoyo, especialmente en los niños más pequeños, es decir, que debe ser firme.
Teniendo en cuenta estos factores, podemos decidirnos por un material u otro. La espuma de alta densidad (HR) es una de las opciones más preferidas, porque combina apoyo y durabilidad sin ser la opción más cara, y también preserva bien el calor y es transpirable si cuenta con tecnologías de fabricación adecuadas para evacuar la humedad. El látex también es un material a tener en cuenta, dado que es naturalmente hipoalergénico y antibacteriano, es muy duradero, especialmente si se trata de látex natural, y ofrece suficiente apoyo. La viscoelástica también puede ser una opción adecuada para niños, ya que proporciona una superficie cómoda y firme que ayuda a reducir el riesgo de MSL, ayuda a regular la temperatura comporal y a distribuir correctamente el peso. También puede recurrirse a los muelles, que ofrecen un buen apoyo y transpirabilidad y pueden ser una opción asequible.
Actualmente existen cada vez más opciones de materiales naturales en el mercado, como el látex natural o la viscoelástica proveniente de fuentes naturales como la biovisco. Los materiales naturales suelen ser más transpirables, hipoalergénicos y libres de toxinas y productos químicos. También pueden ser más duraderos y de apoyo, proporcionando un entorno de sueño confortable y seguro. La lana, el algodón y el látex natural, por ejemplo, regulan naturalmente la temperatura, lo que ayuda a mantener al niño fresco en verano y cálido en invierno. Los materiales naturales también tienden a ser más transpirables y ventilados, lo que reduce el riesgo de sobrecalentamiento y promueve una mejor calidad del aire.
Esto no sólo debemos tenerlo en cuenta en la elección de nuestro colchón sino también del sobrecolchón y la ropa de cama: de poco sirve tener un colchón de gran calidad si nuestra ropa de cama no es transpirable o resulta poco agradable al tacto.
El precio siempre tiene un componente subjetivo. ¿Cuánto estamos dispuestos a gastar en un lugar que estará más tiempo en contacto con nuestro cuerpo que la ropa, los zapatos, la silla de despacho o el sofá, y que es fundamental para nuestra calidad de vida? El precio de un colchón depende sobre todo de los materiales y del tamaño, pero también de la cantidad de materiales usados y de la tecnología de fabricación. Es habitual encontrar colchones que se anuncian como látex natural pero tienen sólo una pequeña proporción de este material, o colchones que tienen materiales de buena calidad que no son 100% naturales pero cuyas tecnologías de fabricación los hacen una excelente opción. Si combinamos ambas, el colchón será más costoso.
Un colchón de minicuna con una buena densidad espuma de altas prestaciones puede pesar unos 20 kg, y puede costar 50 euros, un precio que es muy superior al de colchones de calidad menor que podemos encontrar en Amazon. Un colchón así durará más tiempo y proporcionará un descanso premium a nuestro bebé.
Si hablamos de colchones para niños más mayores, podemos obtener un colchón de 60 x 120 por unos 60 euros (dependiendo de la tienda) de una calidad excelente, como el Visco TEN de Matiner.
Una vez hemos elegido el mejor colchón para nuestro pequeño, es importante verlo en directo en una tienda física, y si es suficientemente mayor como para probarlo, tomarse el tiempo necesario para hacerlo. Debemos recordar que existen estudios que indican que los compradores de colchones están en un mayor grado satisfechos con su compra cuando lo han probado antes. También debemos informarnos de la garantía que nos ofrece el fabricante y del periodo de devolución.
Recordemos, por último, que tan importante o más que elegir el mejor colchón infantil para nuestros hijos es cuidarlo correctamente: debemos mantenerlo limpio en la medida de lo posible y llevar a cabo un buen mantenimiento, ventilándolo regularmente, aspirándolo y limpiando cualquier mancha de inmediato. En este post explicamos cómo limpiar un colchón.
Esperamos que esta guía haya sido útil para ayudar a elegir el mejor colchón infantil. En MATINER Natural-Descans somos fabricantes de colchones para los más pequeños de la mejor calidad para ofrecer el mejor descanso en estos años cruciales de su desarrollo.
Photo by Toa Heftiba on Unsplash
Los posts de MATINER Natural-Descans tienen fines informativos y no deben reemplazar el consejo de un médico u otro profesional médico.