¿Cuántas veces no hemos podido dormir por no poder entrar en calor? ¿O nos hemos despertado en la mitad de la noche por tener frío? Con la llegada del invierno, conseguir una temperatura agradable en la cama puede llegar a ser una tarea difícil para muchos durmientes. Aunque empecemos a acumular los nórdicos y las mantas y subamos la calefacción para calentar la habitación y así tener un sueño más confortable a veces no es suficiente. Dormir con frío impide que nuestro cuerpo se relaje, y por lo tanto, iniciar el sueño para que el cerebro y el cuerpo puedan empezar a recomponerse de la actividad llevada a cabo durante el día. En este post hablaremos de la sensación de dormir con frío y daremos algunos consejos para evitarla y encontrar la temperatura adecuada para iniciar nuestro descanso reparador.
Conciliar el sueño en invierno no siempre es fácil, y especialmente si somos personas muy frioleras. A priori la solución más fácil podría ser encender la calefacción, pero muchas personas no disponen de ella y según expertos no es muy recomendable para nuestra salud. A continuación, enumeramos una serie de consejos para dormir a una temperatura correcta y evitar pasar frío durante la noche.
En primer lugar es importante mantener una temperatura ambiente en el dormitorio. No es bueno que esté fría pero tampoco que la calentemos en exceso. Teniendo en cuenta que nuestro cuerpo se enfría a medida que avanza la noche, la temperatura ideal es entre los 18 y 22 grados. Por debajo de esta temperatura es probable que experimentemos microdespertares que provocarán que nos levantemos cansados y con la sensación de no haber dormido bien. En el caso de las habitaciones infantiles, especialmente los bebés, es necesario que la temperatura ambiente sea un poco más cálida, con uno o dos grados más es suficiente.
Si somos frioleros y no logramos aclimatar el dormitorio, sea por falta de calefacción u otros motivos, es fundamental que revisemos si entra frío del exterior por las rendijas de las puertas o las ventanas. En caso de que así sea, una solución provisional es sellarlas con cinta aislante o goma.
Otro truco para combatir el frío y dormir mejor es elegir adecuadamente la ropa de cama. Elegir un buen nórdico puede convertirse en nuestro mejor aliado para combatir el frío. Es importante tener en cuenta distintos aspectos a la hora de elegirlo como la calidad, el relleno y el gramaje. Cuanto mayor sea el gramaje en el nórdico, su capacidad aislante contra el frío será más alta. La calidad de los materiales también es importante, los nórdicos naturales o de plumón tienen mayor capacidad de aislamiento que otras fibras.
Es importante apostar por pijamas cómodos y transpirables de tejidos que mantengan el calor, como los polares, los de franela, de lana o modal (dependiendo de cada persona), que se adaptan a nuestra piel y mantienen una temperatura óptima.
Seguramente a muchos les ocurrirá que solo con tener los pies fríos ya nos parece tener todo el cuerpo destemplado? No en vano más abuelas decían que los catarros entran por los pies. Tener los pies fríos hace que nuestro organismo trabaje más para mantener la temperatura corporal y tardemos más en dormirnos. Dormir con unos calcetines cálidos evitará el contacto directo con las sábanas frías, actuando como termorreguladores y nos ayudará a conciliar mejor el sueño.
Ejercicio ligero. Antes de la hora de acostarse una buena alternativa para no dormir con frío es hacer algo de ejercicio suave (no queremos acabar sudando y cansados), como por ejemplo estiramientos, yoga o pilates que ayuden a entrar en calor y al mismo tiempo a relajar los músculos después de todo el día.
Si somos frioleros, podemos tomar una taza caliente de sopa, una infusión o leche mientras hojeamos un libro o una revista. Esta rutina nos ayudará a relajarnos e ir entrando en calor más rápido. Conviene evitar tomar café y algunos tipos de te ya que la cafeína y la teína pueden provocar insomnio. Además de la clásica tila, la pasiflora o la hierba luisa son grandes aliadas del sueño.
Ducharse por la noche antes de acostarse en vez de por la mañana es mano de santo para quienes suelen dormir con frío. Una ducha de agua caliente ayuda a desconectar, relajarse y hacer que suba la temperatura corporal.
Si dormimos acompañados y tenemos percepciones distintas del calor lo ideal es delimitar los espacios de cada persona. Si somos más frioleros podemos usar una manta adicional en nuestra parte de la cama o si somos más calurosos, un pijama más fino
En el caso que dormir con mascotas, sobre todo si tienen el pelo largo, nos aportarán sensación de calidez y confort en invierno. Y no subestimemos el poder del calor corporal, si dormimos en pareja, acurrucarnos con ella es una manera de entrar en calor más rápido.
En conclusión, aumentar nuestra temperatura corporal al acostarnos, teniendo en cuenta que mostró cuerpo tiende a enfriarse más cuando está quieto, es complicado, por lo que lo importante para no dormir con frío es no llegar con frío a la cama, gracias a cualquiera de los trucos que hemos enumerado.
El colchón tiene mucha importancia a la hora de evitar la sensación de dormir con frío y lograr una temperatura ideal para nuestro descanso. Escoger un colchón con un buen material es primordial, ya que existen materiales que aportan calor y otros que provocan frío. Un colchón elaborado con materiales poco transpirables, con poca adaptabilidad al cuerpo dificultará que entremos en calor para conciliar el sueño y dormir de un tirón.
A la hora de elegir un colchón para prevenir el frío es importante tener en cuenta una buena sensación térmica, protección ante temperaturas elevadas y que se adapte lo suficiente a nuestro cuerpo. A continuación citamos dos opciones de colchones ideales para no dormir con frío:
La viscoelástica es un material ideal frioleros ya que se adapta a la perfección al cuerpo, con una sensación de «abrazo» que le proporcionará calidez. También es un material atérmico, es decir, que no transmite ni frío ni calor y permite retener la temperatura ambiente en nuestro dormitorio.
El colchón biovisco (viscoelástica natural) Canadà es una opción ideal creada a partir de materiales naturales de origen vegetal, que proporciona diferentes zonas de descanso, con protección antimicrobiana.
También podemos optar por colchones de látex, que son una opción ideal para personas frioleras, ya que permiten retener el calor pero al mismo tiempo son muy transpirables (con una alta resistencia contra los ácaros y la humedad). Se trata de colchones generalmente más gruesos y con mayor densidad, con un tacto suave y acolchado que permite un descanso favorecedor.
El colchón de látex natural 100% Heveá (con 7 zonas de descanso) proporciona 7 zonas de descanso natural, con 4 canales de ventilación y acolchado con algodón 100% natural.
Seas friolero o caluroso es importante encontrar la temperatura adecuada para conciliar el sueño. Un acierto es recurrir a profesionales del descanso como Matiner Natur-Descans, fabricantes de colchones que te ayudarán a encontrar el mejor colchón con los mejores materiales y diseños para combatir la sensación de frío y conseguir un descanso adaptado a nuestras necesidades y preferencias.
Los posts de MATINER Natural-Descans tienen fines informativos y no deben reemplazar el consejo de un médico u otro profesional médico.