
Cuando un colchón ha llegado a su vida útil, es hora de deshacerse de él. Pero tirar un objeto como un colchón es algo engorroso, sobre todo por su tamaño y porque no puede hacerse en cualquier lugar, obviamente no cabe en un contenedor, y además es considerado un tipo de residuo que requiere tratamiento especializado. Además, la recogida de colchones puede suponer requisitos distintos según el municipio en el que vivamos.
Si tiramos un colchón viejo para estrenar uno nuevo, es posible que el vendedor del nuevo colchón pueda hacerse cargo, e incluso algunos ofrecen el servicio de retirada gratuito. Los vendedores tienen acuerdos con gestores autorizados de los materiales que componen los colchones, que pueden reciclar gran parte de ellos: espumas, metales, tejidos… Además a la gente le supone un ahorro de tiempo y molestias, porque transportar el colchón viejo puede llegar a ser complicado, especialmente si debemos pasar por pasillos o escaleras estrechos, ascensores pequeños, etc. Necesitaremos quizá otra persona que nos ayude. Y deberemos hacerlo en los días autorizados para la recogida de este tipo de residuos. Además es la coordinación perfecta: sólo nos deshacemos del viejo en el momento en el que lo dejamos de usar para empezar a usar uno nuevo.
Hay pueblos y ciudades que ofrecen la recogida de colchones y muebles viejos de forma gratuita a domicilio y otras que hacen pagar una tasa si no se lleva a cabo en unos días determinados, mientras que otras permiten bajar a la vía pública el objeto todos los días en un horario determinado. Lo mejor es buscar en la web de cada ayuntamiento. Si vivimos en un lugar donde se debe hacer un día y horario concretos a la semana y tenemos medio de transporte para cargar el colchón, podemos trasladarlo a un punto verde, que suele estar abierto todos los días.
Como ocurre con otros residuos, los colchones no pueden ser tratados directamente en el punto de recogida, porque requieren maquinaria de corte, trituración y separación que no tienen los puntos limpios.
Se transportan a plantas especializadas en lotes para su desmontaje y valorización. Generalmente se separan las capas, y dentro de las capas, los materiales presentes, como el acero de los muelles, el algodón que los envuelve, la espuma, el textil, etc., pero el método depende de la planta y del tipo de colchón. Algunas trituran directamente el producto y luego separan los materiales con sistemas de separación magnética o pneumática (normalmente en el caso de las espumas) y otras separan primero las capas y luego las hacen pasar por procesos distintos para afinar mejor en la separación de los materiales, como suele ocurrir con los colchones de muelles.
Durante la separación, se obtienen diferentes tipos de materiales:
En general, se suele intentar que entre el 40 y el 80% de un colchón pueda reciclarse. El resto, suele destinarse a valorización energética, incinerándose en plantas preparadas y aprovechando la energía que se genera para otros usos.
Si debemos encargarnos nosotros de tirar el colchón, es decir, si no viene nadie a buscarlo, podemos seguir los siguientes pasos.
Es importante que el colchón se deseche de la forma prevista en cada municipio, no solo para evitar multas (hoy en día existen sanciones por dejar residuos -sobre todo de gran tamaño- en la vía pública) sino también para asegurar que pueden reciclarse correctamente.
Los posts de MATINER Natural-Descans tienen fines informativos y no deben reemplazar el consejo de un médico u otro profesional médico.