En los últimos años se han popularizado lo que llamamos colchones híbridos. Se trata de colchones de última generación que van más allá de lo que conocemos por colchón de muelles o de látex o de viscoelástica. Porque este tipo de materiales por sí solos a veces no logran el mismo apoyo para la columna, el mismo alivio de los puntos de presión, el mismo confort y la misma durabilidad que cuando van combinados. Los llamamos colchones híbridos, literalmente, porque están hechos de elementos de distinta naturaleza y no sólo de una, partiendo siempre de un núcleo de muelles ensacados. Profundicemos un poco más sobre ellos.
Hace unos años un colchón era de un solo material en el núcleo y una capa de acolchado. Por ejemplo, un colchón de muelles en el núcleo obviamente necesitaba una capa externa que era la que entraba en contacto con el cuerpo, no nos estirábamos directamente sobre los muelles, y llevaban un acolchado, que a veces era de algodón, de lana o de lino. Generalmente contaban con una buena ventilación, pero los muelles interconectados en una estructura única hacía que la respuesta de firmeza fuera uniforme en todo el colchón al aplicar peso, y por lo tanto algunas zonas como las lumbares quedaban en suspensión sin apoyo mientras que las caderas presionaban contra el colchón, y eso hacía que la alineación no fuera natural y tuviéramos molestias y dolor dependiendo del caso. Además, la transferencia de movimiento imposibilitaba la independencia de lechos.
Por otro lado, los colchones de viscoelástica que aparecieron hace unas décadas no contaban con una buena ventilación, generaban calor al estar tan en contacto con el cuerpo cuando se adaptaba y eso los hacía incómodos para ciertas personas y menos duraderos porque se deterioraban por la humedad, que generaba un microclima favorable para los ácaros y otros problemas de deterioro estructural. Además a veces daban sensación de un apoyo insuficiente para ciertas partes del cuerpo, con el llamado efecto abrazo, que permite el hundimiento de ciertas zonas y la suspensión de otras.
El látex, por su parte, siempre ha sido un material excelente en lo que se refiere a ventilación y confort, naturalmente hipoalergénico, pero podía carecer en algunos casos (como las personas que pesan mucho) de apoyo suficiente y de independencia de lechos.
Todo esto encontró solución con los muelles ensacados, que daban respuesta instantánea al movimiento y se adaptaban con estructuras individuales a las formas del cuerpo, aprovechando la ventilación que ofrecen los muelles. Y la estructura híbrida llevó más allá estas ventajas, porque permitía más opciones de zonificación que un colchón de muelles ensacados solo: la combinación con otros materiales permitía el efecto abrazo en el caso de la viscoelástica o la sensación mullida del látex.
La zonificación es, por lo tanto, el objetivo principal de un colchón híbrido. Si bien es cierto que los colchones que no lo son pueden contar también con zonas de descanso, con muelles de diferente calibre y respuesta según zonas, perforaciones con diferentes medidas y distribución y diferentes densidades de material (la densidad hace que la respuesta sea distinta según zona del cuerpo) en el caso del látex o la viscoelástica y la espuma técnica, los diferentes materiales ofrecen un abanico mucho más amplio de posibilidades, porque combinan lo mejor de cada material.
La lógica de la zonificación que justifica un colchón híbrido es que nuestro cuerpo no tiene un peso uniforme. Los hombros no presionan sobre el colchón lo mismo que la zona lumbar o que los pies o la cabeza. Por eso crean zonas de descanso que se adaptan a esta realidad con niveles de firmeza distintos: menor firmeza para las zonas que hunden más el colchón porque presionan más en él y mayor firmeza para las que ejercen menos presión. De esta manera dejamos que las zonas que presionan más se hundan ligeramente para aligerar esa presión, y que las que presionan menos puedan tener el máximo contacto para no quedar en el aire.
Como pasa con todo, cuando algo triunfa en el mercado siempre hay quien quiere sacar partido de la fama sin ofrecer lo mismo, por eso es importante tener claro qué debemos buscar cuando miramos colchones híbridos.
Un colchón híbrido no es un colchón de muelles con una capa fina de viscoelástica o de látex, por ejemplo. Eso no quiere decir que una opción así no nos proporcione el apoyo y el alivio de presión que necesitamos, y que no tenga una buena ventilación: si es de muelles ensacados (hoy en día la mayoría lo son), puede ser una buena opción de compra, pero hay que tener en cuenta que si el colchón tiene una capa exterior muy fina (de 2cm o menos), debemos asegurarnos de que tiene suficiente densidad de muelles (de 230 por metro cuadrado para arriba) y diferentes calibres para adaptarse correctamente a nuestro cuerpo y darnos el apoyo suficiente.
Otro clásico erróneo es considerar híbrido cualquier colchón que combine diferentes materiales. En realidad incluso los colchones tradicionales combinaban más de un material y no eran híbridos. Cuando hablamos de híbridos hablamos de combinación de capas distintas entre muelles y espumas (el látex es una espuma). Por eso, deben tener un núcleo de muelles ensacados (no interconectados) y combinar un material adicional o más, con más de 3cm de grosor cada uno.
Un colchón híbrido de calidad es grueso (y por lo tanto tiene un peso considerable) por las diferentes capas que tiene, incluyendo los muelles que tienen una cierta altura en sí mismos, y capas de transición para que no se noten los muelles al contacto. Además, tienen un precio generalmente superior por todo esto. Al probarlo, presionando el colchón, debemos notar una capa mullida que se adapta al contorno antes de notar la firmeza que proporcionan los muelles. Si dormimos con alguien, es mejor probar el colchón dos personas: si no se nota la transferencia de movimiento, es propio de un colchón híbrido.
Tampoco hay que olvidar que un colchón híbrido no es bueno en sí mismo: si no ofrece materiales de calidad y no los combina bien ni usa las tecnologías adecuadas, quizá no ventile bien, o no ofrezca las ventajas que se le esperan.
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