A la mayoría nos ha pasado. Nos alojamos en un hotel antiguo donde los colchones son muy duros y nos levantamos con dolor lumbar o de caderas o de rodillas. ¿Pero no decían que lo mejor era dormir en colchones duros? ¿Por qué parece que me ha pasado un camión por encima? Yo preferiría un colchón blando pero no quiero enmendar la plana a los expertos… En este post explicamos si está desaconsejado dormir en un colchón blando.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que lo que nos hace dormir más saludable y confortablemente es que nuestra columna vertebral esté alineada correctamente. Esto quiere decir que, al no ser nuestro cuerpo recto, sino que tiene unas curvas naturales, el colchón hasta cierto punto tiene que ceder en algunas zonas para no presionarlas demasiado porque ejercen presión (hombros, zona lumbar, etc.). Esta presión, obviamente, cambia dependiendo del peso de cada persona. Por eso un colchón duro no necesariamente siempre es la mejor opción: si una persona pesa poco, presiona poco el colchón y no necesita una respuesta tan firme, al contrario, porque a mayor firmeza, en este caso, crea puntos de presión incómodos en lugar de adaptarse, por lo que preferirá un colchón más blando. Lo importante es un nivel de firmeza que permita esa correcta alineación de la columna. Pero el peso no es lo único que determina si un colchón blando en vez de duro es lo mejor para nosotros.
Como acabamos de explicar, una persona que pesa poco necesitará un colchón más blando para que las partes que ejercen presión en su cuerpo se hundan ligeramente, comprimen menos el colchón y uno duro les puede suponer molestias o dolores.
Todos nos movemos de noche y dormimos en diferentes posturas, pero si mayoritariamente lo hacemos de lado, es preferible un colchón blando, porque la alineación del cuerpo en esa postura requiere una mayor capacidad de compresión del colchón en ciertas zonas como los hombros o las caderas.
Hay personas que tienen hipersensibilidad a la presión, como las personas con fibromialgia, artritis, etc., que preferirán un colchón blando, siempre con un apoyo suficiente.
Hay quienes simplemente no se sienten cómodos durmiendo en una superficie que no notan ceder lo suficiente como respuesta a su contacto, por lo que preferirán un colchón de firmeza menor.
Muchos podemos evocar ciertos colchones de espuma antiguos blandos que simplemente se hundían cuando nos estirábamos en ellos y no daban ningún apoyo a la columna. Esa no es la idea actual de un colchón blando, pero muchos todavía piensan en ellos cuando hablamos de colchones blandos. En general un colchón puede ser blando y ofrecer un apoyo suficiente a la columna: ofrecer una sensación mullida y esponjosa, que abrace en cierta manera a nuestro cuerpo, pero que no se hunda.
Una tabla lisa de madera es una superficie dura. Y obviamente no dormiremos bien en ella. Requerirá unas capas encima de confort que hagan que la respuesta sea agradable. Algunos las preferirán más blandas y otros más firmes, pero eso no querrá decir que la base no siga dando apoyo. Quienes prefieren colchones blandos estarán prefiriendo esas capas más blandas, manteniendo el soporte.
No hay necesariamente un material concreto al que atribuyamos únicamente colchones blandos. Cada material es tratado y combinado de formas determinadas para que el colchón sea calificado más firme o más blando.
En MATINER Natural-Descans fabricamos colchones para profesionales del descanso, como tiendas de colchones, hoteles, apartamentos, empresas de caravanas, empresas de transporte y más. Nuestro catálogo incluye colchones con diferentes grados de firmeza, incluyendo opciones blandas como las opciones de viscoelástica con núcleos de diferentes materiales, como el Densitex o el HR, que ofrecen una sensación blanda sin renunciar a la densidad y el apoyo necesario para un uso intensivo y la máxima durabilidad.
Los posts de MATINER Natural-Descans tienen fines informativos y no deben reemplazar el consejo de un médico u otro profesional médico.