Colchones naturales ecológocos

Colchón natural y colchón ecológico: la verdad sobre este tipo de productos

Hace ya años que estamos acostumbrados a escuchar sobre las bondades de los productos naturales, y el caso de los colchones naturales no es una excepción. Pero… ¿Qué queremos decir exactamente cuando hablamos de «natural»? ¿Es lo mismo que «ecológico», por ejemplo? ¿Realmente son estos tipos de productos tan beneficiosos para la salud o están sobrevalorados? ¿Es perjudicial recurrir a materiales que no son naturales? En este post tratamos de resolver estas y otras preguntas.

Una diferenciación engañosa en la industria del descanso

Es fácil encontrar fabricantes que anuncian sus colchones como “naturales” o como “ecológicos”, pero como veremos en los siguientes apartados de este post, es complicado estrictamente hablando encontrar un producto de este tipo que pueda ser calificado con estos conceptos, especialmente en el caso de los establecimientos colectivos, porque el mismo retardante de llama o tratamiento antibacteriano exigido por ley es un producto químico artificial. A pesar de eso, existen colchones para está clase de usos que tienen el sello ecológico. Por eso explicamos cuál es la diferencia entre estos tipos de colchones y si realmente vale la pena invertir en uno.

El concepto «natural» en cualquier producto

Para indagar en las ventajas de lo natural, debemos primero saber qué es. Seguramente hemos visto muchos productos que dicen estar hechos con «ingredientes naturales» o con «materiales naturales». En general, la palabra «natural» se opone a «artificial», es decir, lo que nos ofrece la naturaleza en contraposición a lo que está hecho por los seres humanos, o, como dice el diccionario de la Real Academia Española (RAE), «producido por el ingenio humano». Lo natural, por lo tanto, es algo «que está tal como se halla en la naturaleza», como dice este mismo diccionario, pero además añade «que no tiene mezcla o elaboración», y eso es más difícil de cumplir. Incluso un zumo de naranja natural tiene una elaboración mediante un artefacto hecho por personas, como es el exprimidor. O en una manzana que ha sido cultivada con pesticidas o fertilizantes, por naturales que sean a su vez, ha intervenido la mano de los humanos.

En el caso de los colchones, por lo tanto, podemos hablar de colchones naturales en el caso de los que están fabricados con materiales que se pueden encontrar directamente en la naturaleza, como el látex, el algodón, la seda, la lana e incluso nuevos materiales como el biovisco. Pero como pasa con el zumo de naranja, incluso el algodón, por ejemplo, suele necesitar cuando se encuentra todavía en la planta de algunos productos químicos (artificiales) para protegerlos de plagas. Lo mismo ocurre con la lana, que tras ser recolectada de las ovejas o de las llamas, pasa en la mayoría de ocasiones por procesos que incorporan los ingenios humanos de los que habla la RAE. Técnicamente son productos naturales, pero si se va a lo más estricto del término, pocas veces lo son.

Hay productores y fabricantes, además, que comercializan sus productos bajo el nombre de «ecológicos». Esta cualificación va un paso más allá, como veremos a continuación.

Productos naturales y productos ecológicos

Cuando nos referimos a productos naturales, no hay manera de medir cuán naturales son o, en otras palabras, en qué grado su estado es similar al que encontraríamos en la naturaleza. De ahí que se haya popularizado el sello ecológico, que sí establece unos estándares para calificar esta variable.

Los productos ecológicos, a los que nos referimos normalmente cuando hablamos de comida, pero cada vez más cuando se trata de ropa, de productos de limpieza, de muebles, etc., garantizan que esa intervención humana es realmente la mínima expresión, que no contienen productos artificiales tóxicos como pesticidas o herbicidas, o químicos de cualquier otro tipo, y en el caso de los animales (de los que provienen algunos materiales como la lana de oveja o de llama), que no se les suministran hormonas. Además, para supervisar que esa garantía realmente se cumple, los productores están sometidos a rigurosos controles.

Es importante diferenciar estos dos conceptos porque, aunque no necesariamente les separe un abismo en calidad, como veremos a continuación, el sello ecológico es una garantía de que realmente ese producto es natural, mientras que hablar de natural no supone ningún compromiso oficial con el consumidor. Por eso muchos fabricantes y productores usan la palabra «natural» para generar en el consumidor la idea de que es ecológico sin comprometerse a ello, mientras que quienes comercializan productos ecológicos llegan incluso a hablar de «ecológico certificado», lo cual es una redundancia, porque si un producto ecológico no es certificado, no puede ser calificado de ecológico.

Ventajas de los productos ecológicos

Seguramente muchos ya habremos oído hablar de las ventajas de los productos ecológicos, por lo que no nos extenderemos sobre ello en este post. Podemos resumirlos en el caso de los colchones en tres:

  • Son más saludables porque no contienen tóxicos que se pueden inhalar como los que emiten algunas sustancias provenientes del petróleo (poliéster, nylon, espuma de poliuretano) o químicos para tratar el producto (eliminar olores, bacterias, etc.)
  • Tienen un menor impacto medioambiental porque al no usar químicos, éstos no se liberan a la atmósfera ni al suelo, como sí ocurre con los convencionales, que terminan afectando negativamente a los ecosistemas (por ejemplo, los ríos, a los que llega por condensación esa contaminación atmosférica o del suelo).
  • Están vinculados a un compromiso social, con la comunidad que interviene en su producción, por lo que procuran unos salarios justos y un mínimo impacto en las formas de vida tradicionales.

En contrapartida, se trata de productos más costosos, ya que requieren una dedicación y unos recursos en su producción superior a los productos convencionales.

¿Cómo es un colchón natural y un colchón ecológico?

Un colchón se compone de la cobertura (la que cubre la parte exterior del colchón, que suele ir cosida o, más comúnmente, con cremallera), el acolchado (la capa que ofrece el confort entre la cobertura y el núcleo) y el núcleo (la estructura del colchón, que suele ser de espuma de poliuretano, de látex o de muelles), y para ser considerado natural y/o ecológico, debe serlo en su totalidad. Decimos que su totalidad debe cumplir con la cualidad de natural y/o ecológica porque, por ejemplo, hay quienes ponen énfasis en que el núcleo o el acolchado, que es lo que más se publicita, es ecológico, pero olvidan que la cobertura es lo que está en contacto con nuestra piel generalmente más de 8 horas diarias, y establece una barrera con las capas interiores.

Cobertura natural

Para ser natural la cobertura de un colchón debe ser de lana (que si es suficientemente densa puede superar los tests de ensayo de fuego exigidos por ley), de algodón (que para ser ignífugo suele requerir de químicos), o de otros materiales naturales. También se usan mezclas como viscosa de pasta de madera y silicatos, sobre los que hay debate sobre si son naturales o no, por su uso de ácidos.

Acolchado natural

El acolchado de un colchón debe ser de látex, de lana, de algodón o de fibra de coco, entre otros. Las espumas de poliuretano no son naturales, ya que están fabricadas con derivados del petróleo que se suelen mezclar con productos químicos para manipular su viscosidad y para hacerlas resistentes a la llama. El látex natural proviene de la savia del árbol del caucho, la lana puede obtenerse de los ovinos (generalmente las ovejas) y de otros animales como la llama, la alpaca o el guanaco, el algodón se extrae de la semilla de la planta de algodón y la fibra de coco se encuentra en la cáscara del coco.

Hay que tener en cuenta que algunas de las fibras de algodón, por ejemplo, se usan como materia prima para fabricar fibras artificiales y que a menudo se mezclan con poliéster para aumentar su capacidad de ventilación y su mullidez, casos en los que, obviamente, debe dejar de considerarse natural.

Por otro lado el látex, que es naturalmente antibacteriano, suele recubrirse con químicos para retardar la llama y que por lo tanto deja de ser natural.

Núcleo natural

El núcleo es la zona de apoyo del colchón, sin la cual tendríamos la sensación de dormir directamente en la superficie sobre la que se encuentra el colchón. Si el relleno es de buena calidad, es decir, lo suficientemente grueso, esta parte debería encontrarse en la parte más profunda en el interior del colchón, y suele ser de látex, de fibras naturales (que a veces se llaman estilo futón, que son mezcla de algodón, lana, fibra de coco, etc.) o de muelles.

Los muelles suelen ser de acero, que obviamente no puede considerarse un material natural porque no se encuentra directamente en la naturaleza (es una aleación de hierro y carbono), pero hay quien considera natural un colchón de muelles ensacados con fundas de algodón (que generalmente se mezcla con poliéster para aumentar su durabilidad) y/o con una capa de materiales naturales encima y debajo de la capa de muelles.

Sobre el látex ya hemos mencionado que se trata de un material natural muy apreciado, pero es altamente inflamable y en caso de llama se quema rápidamente y se adhiere a cualquier cosa que lo toque. Hay quien lo envuelve en lana, que como hemos dicho es muy resistente a la llama, pero eso no suele ser suficiente y se acostumbra a tratar con químicos para lograr que sea ignífugo.

¿Vale la pena invertir en un colchón natural o ecológico?

La pregunta que muchos se hacen al ver la oferta natural y ecológica en colchones es si vale la pena hacer esa inversión. Y como en la mayoría de casos se responde con un «depende». Hay que tener presente que si queremos obtener el máximo apoyo para nuestro cuello, nuestra columna y nuestras lumbares el núcleo, que es la parte más importante del colchón, debe ser lo suficientemente grueso como para aportar el máximo apoyo, y a su vez el acolchado también debe tener un grosor suficiente porque si durmiéramos directamente sobre el núcleo obtendríamos apoyo pero no confort. Esto significa que si estas partes se fabrican con materiales naturales, o se va más allá y se certifican como ecológicas, el coste del producto puede ser importante. En este sentido, hay fabricantes que comercializan colchones ecológicos que, para no disparar los precios, no ofrecen el grosor suficiente en el núcleo y el acolchado, o certifican sólo el acolchado y no el núcleo, que mezclan con productos que no son ecológicos ni tampoco naturales.

Desde MATINER Natural-Descans recomendamos pedir consejo a especialistas del descanso para que nos orienten sobre los pros y los contras, ya que, por ejemplo, existen espumas de poliuretano o espumas de látex sintético que se tratan con dosis muy pequeñas de químicos que superan tests de ensayo muy exigentes sobre su afectación sobre la salud. En estos casos, por ejemplo, puede ser más interesante invertir en un colchón con un buen núcleo de espuma que en un colchón natural cuya combinación de materiales sea deficiente.

Para asegurarnos de todo esto debemos preguntar si el colchón contiene ignífugos químicos en alguna de sus partes, si estas partes están selladas con pegamentos químicos, si es natural o ecológico en su totalidad, si en caso de que no contenga químicos cumple con la normativa contra incendios y bacterias, etc.

Por otro lado, si calculamos los años que vamos a dormir en un colchón con materiales naturales y ecológicos, que tienen una extensa garantía de durabilidad, es posible que concluyamos que un colchón de estas características es una maravillosa inversión (recomendamos nuestros posts ¿Cuánto dura un colchón? y ¿Cada cuanto cambiar un colchón?). Dependiendo del modelo elegido, un colchón puede durar más de 10 años, por lo que un buen colchón puede costarnos el equivalente de 3 a 5 euros mensuales durante ese tiempo. Debemos pensar si nuestro descanso merece esa inversión. Y si nos preocupa el impacto medioambiental de lo que compramos, todavía más.

En lo que concierne a la certificación ecológica, si tenemos confianza en el fabricante es posible que consideremos que no es necesario requerir ese plus de garantía porque conocemos sus materiales y sus procesos y sabemos que son respetuosos con el medio ambiente y con nuestra salud. En MATINER Natural-Descans disponemos tanto de productos naturales como ecológicos.

Los posts de MATINER Natural-Descans tienen fines informativos y no deben reemplazar el consejo de un médico u otro profesional médico.

© MATINER es una marca de Espumalia, SL · Todos los derechos reservados · 2025 · Aviso legal · Política de privacidad