Todos los colchones se desgastan con el tiempo. Sin embargo, encontrarnos con nuestro colchón hundido puede ocurrir antes de lo que esperamos. ¿Por qué? Aunque tal vez la pregunta más pertinente que nos haremos es: ¿Tiene solución? En este post trataremos de resolver estas preguntas.
Un colchón hundido ocurre cuando los materiales que lo componen no responden como deberían. Cuando ha llegado al fin de su vida útil, es algo normal: los muelles, la espuma viscoelástica o el látex ya no recuperan su forma original. Normalmente esto ocurre en las zonas que más presión soportan del colchón, sea al dormir (y en el caso de los durmientes laterales esto es más habitual) o al apoyarnos, por ejemplo, cuando tenemos la (mala) costumbre de sentarnos en un extremo de la cama: en esa zona el material va cediendo hasta que se hunde y no termina de restablecerse.
La luz solar directa también suele deteriorar los materiales, que después se desgastan en esas zonas que aguantan más presión, así como los líquidos que penetran en diferentes capas del colchón.
El somier o superficie donde se coloca el colchón también afectan a la estructura del colchón, haciendo que no soporte correctamente el peso.
No elegir correctamente la dureza y la densidad del colchón para nuestro peso también puede provocar que se hunda más de la cuenta con la presión que ejerce nuestro cuerpo.
Sin embargo, el hundimiento también puede producirse antes de lo que se espera que dure el colchón, como hemos indicado, por un uso inadecuado, por una calidad en los materiales y/o las técnicas de fabricación insuficientes o por un defecto de fábrica, que propician un desgaste prematuro. Según sea el caso, la solución puede ser distinta. Más adelante en este post las explicaremos.
Una forma de saber si nuestro colchón está hundido es mirarlo desde un lado. Si hay una caída notable en el medio del colchón, es probable que esté hundido. Otra forma es acostarnos sobre él y ver si sentimos que nos estamos hundiendo en el colchón. Si sentimos que el colchón cede, es que el colchón está hundido. Evidentemente esto no tiene que ver con el efecto abrazo que proporciona un colchón de viscoelástica, por ejemplo. En este caso, sabremos que el colchón está hundido si tras adaptarse a nuestro cuerpo y tomar su forma, no recupera su forma original tras un rato de habernos levantado.
Un colchón supone una inversión importante, por lo que es normal que mucha gente no se plantee salir corriendo a comprar otro cuando se da cuenta de este defecto. Sin embargo, hay varios motivos por los que no deberíamos dormir en un colchón hundido, entre ellos algunos relacionados con nuestra salud:
Nuestro margen de maniobra para solucionar el hundimiento en un colchón depende mucho de su causa. Ponemos algunos ejemplos.
Dependiendo de la garantía que tenga el colchón, podremos reclamar que nos lo reemplacen, incluso si ha pasado un cierto tiempo desde que lo compramos.
Como hemos explicado, hay prácticas que acortan la vida de un colchón. Pongamos algunos ejemplos.
La mayoría de especialistas recomiendan cambiar de colchón cuando este está hundido. Esto puede parecer que es una medida encaminada a vender más colchones, pero es que realmente las soluciones a un colchón hundido que no puede reemplazarse por medio de su garantía son realmente parches que no solucionarán completamente el problema porque no hay ninguna que haga que recupere la forma original. Sin embargo, si nuestro colchón no es viejo y no nos es posible cambiarlo, podemos tomar algunas medidas para mejorar nuestra experiencia de sueño.
La idea es que la presión que ha provocado el hundimiento ahora se ejerza en un lugar completamente diferente y, por lo tanto, el colchón nos permita dormir bien de nuevo. Para Nuevamente, espere un par de días o semanas para que su colchón vuelva a su forma original. Probablemente serán necesarios algunos días o incluso semanas para que el colchón vuelva a su forma original.
Para quienes no lo sepan, en otro post explicamos que es un topper y para qué sirve. Ya advertimos que un topper no es una solución óptima para renovar un colchón viejo o deteriorado, y de hecho, lo recomendable es usarlos en clave preventiva, para proteger un colchón del hundimiento. Sin embargo, si no tenemos otra opción, podemos usar uno grueso y firme, que puede constituir una inversión pero siempre menor que un colchón, para disminuir el hundimiento y dormir mejor.
Una làmina de contrachapado puede añadir apoyo adicional al colchón para evitar que se hunda. Haciendo esto es posible que en unos días recupere parte de su forma original. Eso sí, es posible que notemos el colchón más duro de lo que acostumbraba a estar.
En ocasiones un somier o soporte deformado o inadecuado puede provocar el hundimiento del colchón, por ejemplo, un listón de madera roto, desencajado o deformado.
Es necesario que revisemos bien el soporte en el que está el colchón. Si vemos algo que falla, debemos ponerle solución antes de hacerlo con el colchón. Si no nos parece que haya nada raro, necesitaremos tomar alguna de las medidas mencionadas hasta ahora.
Hemos propuesto algunas ideas para solucionar el inconveniente de que se nos hunda el colchón, pero indudablemente la mejor manera de evitar un colchón hundido es prevenirlo cuando está en buen estado. Algunos de los pasos a seguir ya los hemos perfilado durante el post, pero los recopilamos y ampliamos a continuación.
Un buen fabricante debe responder por sus colchones, por lo que será conveniente que nos informemos de qué garantía ofrece ante un eventual deterioro prematuro de los materiales. En Matiner somos ese fabricante: usamos materiales y procesos de fabricación de calidad, somos un proveedor de proximidad y respondemos por nuestras ventas.
Los posts de MATINER Natural-Descans tienen fines informativos y no deben reemplazar el consejo de un médico u otro profesional médico.