No existen prácticamente casos de colchones fabricados con una sola capa de material, aunque por el hecho de ser compactos lo parezca. Los colchones de una capa suelen ser o bien extremadamente firmes, dado que carecen de una capa de amortiguación adicional, o bien ser muy blandos y no ofrecer apoyo, ya que nos hundiríamos completamente en ellos. En general un colchón suele tener al menos tres capas, pero cuando vamos elevando la calidad, tienen más. En este post explicamos cuáles son.
Un colchón tiene principalmente tres capas: el núcleo, la capa de transición y la capa de acolchado. De ellas, la más importante es el núcleo, aunque no es la que tiene incidencia directa en la comodidad.
El núcleo es fundamental a la hora de proporcionar el apoyo suficiente a la columna vertebral y de mantenerla bien alineada, además de ser el principal responsable de la vida útil del colchón. Si el núcleo es poco resistente o de calidad inadecuada, durará mucho menos. En general, suele tenerse en cuenta el material con el que está hecho el núcleo para calificar un colchón “de látex”, “de muelles”, “de viscoelástica”, etc.
El grosor del núcleo suele constituir entre la mitad y dos tercios de la altura total del colchón:
Suele considerarse que un núcleo con mayor grosor caracteriza un colchón de mayor calidad, pero aunque sí tiene importancia en ella, no es exactamente así. Para empezar, el material condiciona el grosor ideal del núcleo: por ejemplo, un colchón de espuma HR de alta densidad ya proporciona mucho soporte con una capa más fina, mientras que uno de muelles necesita un núcleo más grueso para albergarlos. El grosor del núcleo sí influye de forma importante en la sensación de firmeza: los colchones firmes suelen tener un núcleo más grueso, mientras que los más mullidos tienen más capas de acolchado y un núcleo más fino.
La idoneidad de un núcleo más fino o más grueso depende del peso de la persona (a más peso, suele ser necesario un núcleo más grueso); de su postura al dormir (si se duerme de lado suele ser más cómo un colchón un poco menos firme para permitir el hundimiento del punto de presión que son hombros y caderas, y por lo tanto de núcleo más fino, aunque también puede compensarse un núcleo grueso con más acolchados), y de sus preferencias en cuanto a firmeza. De ahí que los hoteles de calidad suelan tener colchones gruesos, para suportar el peso de muchas personas de pesos variados y las diferentes posturas al dormir. En este post hablamos del grosor del colchón con más detalle.
El material del núcleo es fundamental en el cumplimiento de su función. Los colchones de muelles ofrecen buena ventilación y soporte, pero pueden ser ruidosos y transferir movimiento. Los colchones de látex son duraderos, hipoalergénicos y ofrecen una superficie fresca, sin embargo, pueden ser costosos y pesados. Los colchones de espuma HR proporcionan un equilibrio entre confort y firmeza, ofreciendo un soporte adecuado para la espalda y una buena durabilidad, aunque pueden carecer de la adaptabilidad de otros materiales más avanzados. No suele ser habitual encontrar un núcleo de viscoelástica porque no proporcionarían apoyo suficiente, al responder al calor corporal, por eso se suele destinar a las capas más exteriores.
Si durmiéramos directamente sobre el núcleo del colchón, como hemos explicado al principio, lo notaríamos demasiado firme, ya que es la capa que confiere la firmeza al colchón. Se necesitan capas de acolchado para generar el confort aliviando los puntos de presión. Sin embargo, existen entre una y otra capa una que a menudo es la gran olvidada, ya que se le atribuye una importancia mayor de la que tiene, que es la capa o capas de transición.
Se trata de una capa del colchón que sella la capa de confort con el núcleo. Aunque tenga entre 2 y 3 centímetros de grueso, con sólo esto es capaz de afectar enormemente la capacidad de soporte y alivio de presión. Esta capa suele ser de espuma, que proporciona una transición gradual, para no notar que del acolchado nos hundimos directamente al núcleo, pero también puede ser de látex o de micromuelles. En el caso de los colchones premium, suele haber varias capas de transición, que proporcionan un nivel adicional de soporte, amortiguación y adaptabilidad al cuerpo.
La capa de acolchado es la que se lleva generalmente los méritos del colchón, porque es nuestra primera referencia de alivio de la presión y soporte y de sensación subjetiva de comodidad. Si un colchón nos resulta demasiado firme o demasiado blando al primer contacto es en gran parte responsabilidad del acolchado.
El grosor de los acolchados suele ser menor que el del núcleo y normalmente mayor que el de las capas de transición, entre 2 y 5 centímetros aunque los colchones más lujosos pueden contener capas de incluso 7 centímetros. Los acolchados más mullidos suelen abrazar más el cuerpo, mientras que los más firmes proporcionan una sensación de mayor sujeción y estabilidad al cuerpo durante el descanso.
Muchos consumidores buscan materiales, gruesos o tecnologías concretas en sus colchones. Sin embargo, un factor fundamental para lograr un colchón que nos proporcione la mejor experiencia de sueño es la combinación de capas. De ahí que además de haber experimentado un desarrollo importante en términos de materiales como espumas avanzadas (viscoelástica, biovisco, HR, látex, etc.), la fabricación de colchones también ha cambiado mucho en materia de técnicas de construcción y diseño, permitiendo una combinación óptima de capas que se adapte a las preferencias individuales de cada durmiente.
Por ejemplo, el colchón ideal debería compensar las capas de soporte firmes con una capa intermedia que haga de transición gradual entre la firmeza y la suavidad, mientras que la capa de acolchado debe ofrecer comodidad y alivio de presión. Del mismo modo, un núcleo de un material poco transpirable debe combinarse con capas exteriores que mejoren la ventilación y la dispersión del calor para garantizar un descanso fresco y confortable. Por ejemplo, los núcleos de espuma HR, que pueden retener calor, suelen combinarse con espumas de celdas abiertas con perforaciones de aire y acolchados con tejidos de malla que permiten una mejor circulación del aire y una disipación más eficiente del calor.
Nuestros colchones, que podrás encontrar en hoteles y tiendas de descanso, son el fruto de un gran esfuerzo en investigación y una apuesta por la calidad. No sólo usamos los mejores materiales, como la espuma HR, los nanomuelles, el látex y la biovisco, sino que los combinamos de manera óptima para proporcionar diferentes zonas de descanso, que ofrecen un soporte y alivio de presión focalizado para cada zona específica del cuerpo.
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