Probablemente muchos habrán escuchado la típica frase de que un colchón duro es lo que nuestro cuerpo necesita para un buen descanso. Se asume que al ser duro proporcionará una buena alineación de la columna y por lo tanto no adoptaremos posturas antinaturales. Entonces, aquellos que disfrutan al probar un colchón mullido quizá pensarán «¿soy un bicho raro? ¿está mi comodidad reñida con la salud de mi espalda?». Pues bien, es que no es del todo cierto que un colchón tenga que ser duro para proporcionar un buen descanso, y de hecho un colchón demasiado duro puede causarnos dolor al levantarnos en puntos de presión como las caderas y los hombros si dormimos de lado o las cervicales y las lumbares si dormimos boca arriba.
En este post explicaremos cómo saber que un colchón es demasiado duro y cómo remediarlo y qué quiere decir (en realidad) el dicho de que un colchón debe ser duro para proporcionarnos un descanso reparador.
Lo primero que debemos tener en cuenta cuando hablamos de un colchón duro es que no es exactamente lo mismo que un colchón firme. Un colchón duro está hecho de un material que se comprime con más dificultad aplicando presión. Sin embargo, un colchón duro no tiene por qué notarse muy firme en todos los casos: hay colchones duros que proporcionan una sensación menos firme gracias a los acolchados, a la superposición de capas, a un material con una respuesta rápida al contacto del cuerpo, etc. La firmeza, por lo tanto, tiene que ver con la sensación que proporciona el colchón y no con las cualidades directas de los materiales que lo componen como la dureza (expresada en newtons). Y es la firmeza lo que acostumbramos a percibir cuando decimos que un colchón es duro.
Dicho esto, podemos concluir que un colchón debe ser, efectivamente, lo suficientemente duro para prestar el apoyo suficiente a la columna vertebral: si cede demasiado a la presión, la postura de la columna puede ser antinatural y ocasionar incomodidad o incluso dolor de espalda. Sin embargo, los acolchados, las capas intermedias, las propiedades de los materiales, etc., deben proporcionar una adaptabilidad suficiente como para aliviar la presión hundiéndose o haciendo ceder más el material en puntos como los hombros, las cervicales o las lumbares, ya que de lo contrario también adoptaríamos una postura poco natural: la columna no es totalmente recta, sino que tiene curvatura.
En este post ampliamos información sobre la idoneidad de elegir un colchón duro o blando para dormir.
Un colchón demasiado duro generalmente nos ocasionará alguna molestia. De ahí que nos planteemos esta pregunta: de lo contrario, no nos preocuparía. Algunas de las señales de que nuestro colchón es demasiado firme son:
Encontrar solución a un colchón demasiado duro depende de cuán nuevo sea. Si nuestro colchón está recién comprado, quizá sea buena idea contactar con el vendedor para averiguar si se puede devolver o cambiar. De ahí que sea muy importante probar el colchón en la tienda antes de comprarlo, incluso si nos planteamos comprar por internet: las opiniones de los usuarios debemos ponerlas en contexto siempre, porque ninguna persona tiene el mismo perfil como durmiente que otra. También debemos tener presente que toma un cierto tiempo acostumbrarse a un colchón nuevo: aunque no durmiéramos bien en nuestro colchón antiguo, nuestro cuerpo ya tenía interiorizado ciertos trucos para dormir lo mejor posible en él.
Si nuestro colchón ya tiene un cierto rodaje y seguimos notándolo demasiado duro, podemos adoptar una serie de estrategias para notarlo más blando o más suave:
Si usamos nuestro colchón lo máximo posible, incluso cuando no sea para dormir (para ver la televisión, para leer, para echar una siesta, etc.) nuestro colchón empezará a ceder, especialmente si está recién salido de fábrica.
Caminar sobre el colchón puede ser una buena forma de hacer ejercicio, y es una manera de ablandar un colchón. También podemos poner peso sobre él mientras no estamos durmiendo, como cajas llenas de cosas o libros.
Recurrir a un topper (si no tienes claro qué es, en este post lo explicamos) es una forma rápida y efectiva de hacer que notemos más blanda la superficie de colchón. Estaremos añadiendo una capa de apoyo adicional que se adaptará mejor a nuestro contorno. De hecho, muchos hoteles de alta gama usan toppers en sus camas para un mayor confort. Podemos encontrar toppers de látex, de viscoelástica, de plumas, de algodón, de lana, etc. Para notar la superficie más blanda que la del colchón deberemos recurrir a un topper que no sea muy grueso y de una densidad más baja que la del colchón.
A menudo culpamos a nuestro colchón de los males que ocasiona nuestro somier, o por lo menos, de una parte de ellos. Por ejemplo, si hemos cambiado nuestro colchón a uno de viscoelástica, un somier de láminas quizá no sea la mejor opción, porque no retendrá igual el calor, que es lo que tenderá a ablandar el colchón. En cambio, si nuestro colchón es de muelles, de espuma o de látex, entonces un somier de láminas puede ser mejor idea que una base plana tapizada o un canapé sin láminas, por ejemplo, ya que estas últimas opciones aportan firmeza al colchón.
Si nuestro colchón es de viscoelástica, puede ser una buena idea mantener un ambiente cálido, ya que este material responde a la calor.
MATINER Natural-Descans somos fabricantes de colchones de altas prestaciones con una firmeza agradable para todo tipo de durmientes. Pregunta en tu tienda de descanso de confianza.
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