Como pieza fundamental que es en nuestra salud y en nuestro día a día, nuestro colchón nos supone una inversión importante, especialmente si optamos por una calidad adecuada. Y de la misma manera que cuidamos otras inversiones, como un coche cambiándole el aceite cuando corresponde para que no afecte al motor o un teléfono móvil poniéndole un buen protector de pantalla, debemos dedicarle un mantenimiento periódicamente para que nos dure muchos años. Como fabricantes de colchones, en Matiner Natural-Descans ofrecemos algunos consejos y prácticas sobre cómo limpiar un colchón para que nos de mucho tiempo de sueño reparador.
El uso y el paso del tiempo hacen que un colchón acumule células muertas, suciedad (maquillaje, cremas, etc.), polvo y ácaros, que requieren un cuidado especial para evitar que su vida útil disminuya, que nuestro descanso no sea satisfactorio o incluso que aparezcan dolores de cabeza, insomnio, alergias, problemas respiratorios o irritación en los ojos.
Debemos lavar la ropa de cama a una temperatura suficiente, especialmente si somos alérgicos a los ácaros o asmáticos, o tenemos cualquier otro problema respiratorio o dermatológico, y siempre siguiendo las instrucciones del fabricante.
Nunca debemos hacer la cama inmediatamente tras levantarnos, ya que ha acumulado humedad durante la noche. Debemos abrir la ventana durante unos 5 o 10 minutos para ventilar la estancia tras quitar la ropa de cama y echarla a lavar o sacudirla en otro lugar antes de volverla a poner. No está de más hacerlo en un momento en el que incide la luz del sol en el colchón, ya que ayuda a evaporar la humedad. Esta ventilación debemos hacerla todos los días durante todo el año incluso en invierno y en verano.
Es recomendable aspirar nuestro colchón una vez por semana para eliminar el polvo. Debemos usar un accesorio de tapicería y procurar que esté limpio para no ensuciar ni dañar la superficie del colchón. Si fijamos un día a la semana para hacerlo se convertirá en una rutina y evitaremos que se vaya acumulando suciedad.
Si percibimos malos olores en nuestro colchón, o vemos manchas en él, o tenemos algún sarpullido en la piel o simplemente hace meses que no limpiamos a fondo nuestro colchón, es el momento de hacerlo. Además de lavar la ropa de cama y ventilar, debemos seguir algunas pautas extra.
Hoy en día fabricantes como Matiner Natural-Descans tienen en catálogo colchones con tratamientos como Ultra-Fresh para garantizar que no acumulan malos olores, y si ventilamos correctamente la estancia, no deberían producirse. Sin embargo, si por su uso al cabo de unos años detectamos olores en el colchón al dormir, podemos neutralizarlos con un poco de bicarbonato de sodio, que es un desodorante natural. Sólo debemos tamizar un poco de bicarbonato sobre el colchón, dejar actuar durante 30 minutos y aspirarlo. Incluso podemos añadir cuatro o cinco gotas de un aceite esencial que nos resulte agradable al tamiz antes de echar el bicarbonato y nuestro colchón desprenderá ese aroma durante.
Si aspiramos nuestro colchón cada semana, podemos fijar dos veces al año para hacerlo con una aspiradora al vapor, que ayuda a acabar con los ácaros del polvo y las bacterias al contacto. Tras esto, debemos volver a cubrir el colchón rápidamente con un cubrecolchón y dejar evaporar el agua.
En otro post profundizaremos sobre cómo quitar las manchas de un colchón, pero adelantamos que en una limpieza a fondo debemos limpiar las manchas que detectemos en un colchón. Lo ideal es limpiarlas al momento, con un trapo húmedo y una pequeña cantidad de detergente para platos, procurando no hacer penetrar el agua en el colchón, que lo dejaría húmedo a merced de bacterias. Pero si no es posible, debemos hacerlo cuanto antes, para evitar que decoloren el colchón. Puede hacerse con un limpiador enzimático, que suele ser suficiente para las manchas más habituales en colchones, como manchas de sudor, sangre, orina y similares. Este producto suele ser suficiente para eliminar las manchas en los colchones. Cuando hemos limpiado las manchas debemos volver a aspirar el colchón.
Este tipo de colchón necesita un cuidado especial, ya que el látex es un material natural y al estar en contacto con productos de limpieza ásperos como la lejía, el agua oxigenada o el bórax, que son compuestos químicos, se estropean. Al mismo tiempo, los colchones de látex son naturalmente hipoalergénicos y antimicrobianos por lo tanto no suelen acumular ácaros, bacterias o moho, así que necesitan un mantenimiento más superficial (ventilación en abundancia, aspirado y limpieza al vapor de vez en cuando y agua y detergente enzimático para manchas).
Este tipo de colchones requieren una limpieza especial ya que pueden acumular suciedad si no están tratados como los de Matiner Natural-Descans. Es recomendable aspirar regularmente y en profundidad para eliminar bacterias, ácaros, etc. Las manchas se deben limpiar con agua y jabón natural de forma muy superficial, ya que son más propensos a acumular humedad en su interior que desencadenaría la aparición de moho y hongos. Puede utilizarse bicarbonato de sodio de la manera que hemos explicado más arriba para absorber el exceso de humedad. No se debe secar directamente al sol o utilizar fuentes de calor directos como secadores o calefactores durante un tiempo prolongado ya que podría estropearse.
Ya sabemos cómo limpiar el colchón, pero como dice el refrán, más importante es no ensuciar que limpiar, y nuestro colchón no es una excepción. Para procurar que el colchón nos de muchos años el sueño reparador que necesitamos y por lo tanto alargar su vida útil, debemos asegurarnos de que se ensucia y se mancha lo mínimo posible antes de tener que limpiarlo, y esto es posible siguiendo una serie de pautas:
No siempre es necesario comprar un somier nuevo acorde con un nuevo colchón, pero sí debemos asegurarnos de que el soporte es adecuado. Los somieres de muelles suelen ser sólo adecuados para colchones de muelles, mientras que los colchones de espuma o viscoelástica o de látex acostumbran a requerir un soporte firme y sólido, como un somier de tiras de madera. Nunca debemos usar un somier más pequeño que nuestro colchón. Además, los colchones tipo queen o king size deben contar con un somier con soporte central adicional y en general debe ser adecuado al peso de las personas que dormirán en él.
Cada año es buena idea verificar que no hay ningún muelle o tablilla suelta que pueda deteriorar el colchón y afectar a nuestro descanso.
Ya hemos hablado en otras ocasiones de los beneficios de los cubrecolchones o o fundas de colchón como la “Pell d’Àngel” como formas simples de procurar a nuestro colchón una vida útil más larga.
Un protector de colchón de buena calidad puede proteger de agua nuestro colchón para evitar derrames, y también reduce la cantidad de polvo, restos y suciedad que llega a la cama, manteniendo los aceites corporales, cosméticos y sudor separados del colchón y reduce la acumulación de moho, polvo y ácaros. Además, hace que limpiar el colchón sea más fácil, simplemente lavándolo siguiendo las instrucciones del fabricante.
Ya hemos visto cómo lavar la ropa de cama, pero hay que tener en cuenta que debemos hacerlo con suficiente regularidad, aunque parezca que no está sucia. La ropa de cama acumula sudor, aceites corporales, cabellos, células muertas, polvo, etc., que a menudo no se ven, pero que son el alimento predilecto de los ácaros del polvo. Si a eso le sumamos la presencia de mascotas o comer en la cama, nos encontramos ante un potencial caldo de cultivo de bacterias y ante una fuente de ácaros que se transmiten al colchón. Por eso es fundamental lavar la ropa de cama por lo menos cada semana o cada dos semanas, incluso cuando usamos un protector de colchón. Las fundas de almohadas, que están en contacto con nuestra saliva, restos de cosméticos, etc., debemos lavarlas por lo menos dos veces por semana.
Los colchones que se rotan regularmente, independientemente del material o el tamaño, experimentan un desgaste más uniforme, mientras que los que no se rotan tienen más probabilidad de hundimiento en ciertas zonas. Aunque hay algunos colchones que no es necesario rotar, no está de más hacerlo. Cada periodo de tiempo de entre dos a seis meses, debemos girar el colchón 180 grados de la cabeza a los pies, especialmente los primeros años, en los que nos estamos aclimatando a él.
Seguramente recordaremos a nuestras madres advirtiéndonos de que no saltáramos en la cama, y estaban en lo cierto. Aunque son las camas de muelles las que suelen deteriorarse, también los somieres, las estructuras y las espumas se resienten de un uso de este tipo. También debemos evitar, en la medida de lo posible, sentarnos en los bordes del colchón, como si fuera una silla, ya que así evitaremos deformidades. Usar la cama como mesa de planchar también debemos descartarlo totalmente.
Si debemos trasladar nuestro colchón en una mudanza, debemos protegerlo de daños envolviéndolo en un plástico y evitando que se doble o se curve. En general, al mover un colchón, debemos mantenerlo en posición vertical. No debemos usar las asas laterales, ya que los fabricantes como Matiner Natural-Descans recomiendan no usarlas para mover o arrastrar el colchón.
Fabricantes de colchones como Matiner Natural-Descans están a disposición de sus clientes para resolver cualquier duda sobre cómo limpiar el colchón de la marca y así procurar que dure muchos años. También puedes consultar si es hora de cambiar tu colchón aquí.
Los posts de MATINER Natural-Descans tienen fines informativos y no deben reemplazar el consejo de un médico u otro profesional médico.