Tal y como contamos en un post anterior no existe una fórmula matemática o una regla universal para saber cada cuando cambiar un colchón, de la misma manera que tampoco la hay para saber cuánto dura un colchón. Esto depende de muchos factores, como sus materiales o su fabricación, pero lo que está claro es que si nos estamos haciendo esta pregunta es porque seguramente algo en nuestra experiencia de sueño que no va bien, esté nuestro colchón viejo o no.
Según ASOCAMA (La Asociación Española de la Cama), transcurridos los 10 años de vida ningún colchón mantiene sus propiedades originales: se desgastan los materiales provocando el llamado “efecto huella”, es decir, el hundimiento de determinadas zonas, y debemos sustituirlo.
Sin embargo, hay colchones que por la calidad de sus materiales o de su proceso de fabricación, así como el mantenimiento que se les ha dedicado y las condiciones ambientales a las que se les ha sometido, pueden durar mucho menos. Ponemos algunos ejemplos de ello en los siguientes apartados.
Por otro lado, si hemos hecho una inversión importante en un colchón de cinco estrellas con una densidad de material por metro cúbico alta, una buena combinación de materiales de calidad, tratamientos contra los ácaros y las bacterias, etc., e incluso hemos usado un topper para alargar su vida, y conserva su forma perfectamente de manera que dormimos en la postura correcta, no notamos cómo se mueve nuestra pareja de cama, etc., es posible que todavía nos dure algún tiempo más.
La calidad es el factor estrella que nos indicará cuánto durará nuestro colchón. Tiene que ver con conceptos como la densidad, es decir, cuánto material se ha usado por metro cúbico de colchón (cuanta más densidad, mayor durabilidad), la combinación de materiales en el núcleo (dependiendo de ésta, el colchón se deformará antes o no), los acolchados (unos buenos acolchados no sólo favorecen un mejor descanso sino que también protegen el núcleo del colchón), la condición y el tipo de material, etc. Cuanta mayor sea la calidad de nuestro colchón, más tiempo durará.
Además, la calidad va relacionada con la garantía que ofrecen los fabricantes, que puede ser de 2 a 5 años e incluso más, y suele cubrir problemas de desperfectos físicos o alteraciones en el descanso como por ejemplo el hundimiento, las costuras, los tejidos, etc.
Un colchón de látex natural suele durar más que un colchón de espuma de alta calidad, pero a su vez, éste puede durar más que un colchón de látex que combina materiales naturales y sintéticos. El material utilizado en su núcleo influye en cuánto dura un colchón. Suele considerarse que el látex natural puede durar entre 10 y 15 años, que las espumas técnicas de alta calidad, incluida la viscoelástica, rondan los 10 años, y que los colchones de muelles duran algo menos.
Los colchones que duran más años suelen ser aquellos que, además de ser de calidad, se han sometido a un cuidadoso mantenimiento. Girarlos cada cierto tiempo para que mantengan su forma, mantener su higiene eliminando las manchas, usar fundas y/o toppers, desinfectarlos cada cierto tiempo con productos especializados, etc., ayudan a prolongar su duración y al mismo tiempo asegurar un mejor descanso para nuestro cuerpo. También es importante mantener limpia la ropa de cama, para evitar la acumulación de ácaros que se alimentan de restos de piel, saliva, etc.
Usar un topper y una funda alargarán la vida de nuestro colchón, ya que provocarán que se ejerza menos presión sobre el núcleo del colchón y protegerán sus acolchados de roces, manchas, etc.
Hay quien se pregunta si debe cambiar su colchón simplemente por el mero hecho de que tiene muchos años. En ese caso, si dormimos bien en él, no tenemos por qué correr a cambiarlo. Puede ser una buena idea probar otros colchones en una tienda y comprobar si la sensación es mejor, y dejarnos asesorar por un experto.
Ahora bien, la mayoría de casos en los que nos preguntamos cuánto dura un colchón y si ya debe ser hora de cambiarlo, suele ser porque nuestra experiencia de sueño no es tan satisfactoria como debería, sea porque el colchón ya está amortizado o sea porque no es el adecuado.
Si nos levantamos cansados, con dolores cervicales, lumbares, etc., nos cuesta encontrar una postura cómoda para dormir, etc., esto es una señal de que quizá debamos considerar cambiar nuestro colchón.
Con el paso del tiempo es posible que se produzca el denominado “efecto huella”, es decir, que nuestro colchón se empiece a hundir o a deformar de algunas partes y acabemos durmiendo en posturas incorrectas. Esta es una señal inequívoca de que la vida útil de nuestro colchón actual ha llegado a su fin.
Si detectamos que los picores de nariz y de garganta, la congestión, etc., propios de nuestra alergia o nuestra asma han empeorado, probablemente estemos ante el deterioramiento (o la ausencia) de tratamientos antiácaros de nuestro colchón, y sea necesario optar por otro con las características adecuadas.
Si no paramos de movernos mientras dormimos o notamos excesivamente los movimientos de nuestra pareja de cama es probable que el colchón haya perdido las características que le conferían la independencia de lechos y debamos cambiarlo por uno nuevo.
Si queremos que nuestro colchón dure lo máximo posible debemos asegurarnos de que le proporcionamos un mantenimiento y una limpieza adecuados, así como (si es posible) un cobertor desde el primer día. Si, además, optamos por un colchón de calidad y con garantía tras asegurarnos de que es el apropiado para nosotros en una tienda física en la que poderlo probar (a ser posible junto con la persona que dormirá con nosotros si la hay), tendremos la mejor póliza de seguros para nuestro descanso.
Los colchones de Matiner-Natural Descans son un ejemplo de colchones de alta calidad, con los mejores materiales y acolchados, con una combinación y una densidad adecuados para un descanso inigualable.
Los posts de MATINER Natural-Descans tienen fines informativos y no deben reemplazar el consejo de un médico u otro profesional médico.