Es bueno colchón espuma

¿Un colchón de espuma es bueno? Lo que necesitas saber antes de comprar uno

Durante muchos años los colchones de espuma fueron una opción económica y de baja calidad, que ofrecían poca transpirabilidad, se deformaban con facilidad y ofrecían un apoyo irregular con el paso del tiempo. No eran, por lo tanto, los más duraderos ni cómodos del mercado, especialmente comparados con los de látex o muelles.

Sin embargo, con la irrupción de la espuma viscoelástica, desarrollada originalmente por la NASA en los años 60 para absorber la presión en los asientos de los astronautas y comercializada en los años 90, que revolucionó el confort y la adaptabilidad al cuerpo; posteriormente, de la evolución de las espumas HR de alta densidad y su combinación con muelles ensacados, que mejoró la transpirabilidad, la durabilidad y el soporte, se superaron definitivamente las limitaciones de los colchones de espuma tradicionales. Pero realmente un colchón de espuma es bueno?, nos preguntaremos. ¿O son preferibles otros materiales? Lo explicamos en este post.

El auge de los colchones de espuma

Según los datos más recientes, estos colchones representan actualmente alrededor del 45 % de la cuota de mercado mundial (Grand View Research, 2024) y se prevé que el segmento de la espuma viscoelástica supere el 48 % en 2037 (Research Nester, 2024). Este crecimiento no es casual: aunque los colchones de muelles siguen manteniendo una presencia significativa, especialmente en Europa, donde podrían representar hasta el 77,3 % del mercado según algunas estimaciones (Envision Intelligence Analysis, 2024), las preferencias de los consumidores muestran una clara tendencia hacia los modelos de espuma.

Lo que hace especialmente interesante esta evolución es la diferencia entre lo que compran los consumidores y lo que realmente prefieren. Un estudio reciente revela que, aunque los colchones de muelles son los más vendidos, el 66 % de los consumidores prefiere los colchones de espuma viscoelástica (Market.us, 2024). Esta contradicción sugiere que nos encontramos en un punto de inflexión en el mercado del descanso, en el que las ventajas de los colchones de espuma, como el excepcional alivio de la presión, el soporte personalizado y el excelente aislamiento del movimiento, están ganando terreno rápidamente frente a las opciones más tradicionales.

Tipos de colchones de espuma y sus diferencias

En la actualidad existen principalmente 3 tipos de espuma en colchones: la espuma de poliuretano convencional, la espuma viscoelástica y la espuma de alta resiliencia (HR).

Espuma de poliuretano

La espuma de poliuretano es el material más básico y económico usado en el mercado, que tiene una densidad generalmente baja (entre 20-25 kg/m³), que le confiere una durabilidad y un apoyo limitado porque tiende a comprimirse y deformarse con el uso prolongado y recupera su forma original rápidamente cuando se libera la presión, por lo tanto raramente se usa en colchones de calidad si no es en combinación con otras capas de materiales.

Espuma viscoelástica

La espuma viscoelástica se caracteriza por la capacidad de reaccionar a la temperatura corporal, adaptándose perfectamente a las curvas del cuerpo y distribuyendo el peso de manera uniforme. Esto es porque es sensible tanto a la temperatura como a la presión, lo que crea un efecto «memoria» distintivo que le permite adaptarse con precisión a la forma del cuerpo y aliviar los puntos de presión. También ofrece un excelente aislamiento del movimiento, lo que es ideal para parejas que comparten cama. Por eso ha revolucionado el mercado de los colchones y se usa ampliamente en el sector hotelero de lujo por su capacidad de ofrecer un descanso personalizado.

Espuma HR

La espuma HR (de alta resiliencia) se caracteriza por una estructura molecular más compleja del material que proporciona un mayor apoyo, elasticidad, transpirabilidad y durabilidad. Tiene una densidad superior a la espuma convencional (normalmente entre 30 y 60 kg/m³) y por lo tanto dura más y ofrece más apoyo. Estas características le han valido ser uno de los materiales más usados en gama media y alta, especialmente en hoteles que buscan productos duraderos sin sacrificar el confort.

Otras espumas técnicas

También existen otras espumas técnicas avanzadas, que agruparemos en un cuarto tipo pero que merecerían un post cada una, que representan el futuro de los colchones de espuma y que están cada vez más presentes tanto en el mercado doméstico como en el sector hotelero de lujo.

Estas nuevas tecnologías han introducido varias innovaciones para solucionar los inconvenientes tradicionales y mejorar el rendimiento. Por ejemplo, las espumas con gel incorporan partículas refrescantes para regular la temperatura y combatir la retención de calor, un problema habitual en la espuma viscoelástica clásica, mientras que las espumas mejoradas con grafeno o cobre aprovechan sus propiedades conductoras y antibacterianas, lo que las sitúa a la vanguardia del diseño de colchones de espuma; las espumas visco air son de celda abierta y ofrecen una mayor transpirabilidad, reduciendo la acumulación de humedad y calor, y resisten la deformación con el paso del tiempo, y las espumas de origen vegetal como la biovisco sustituyen parcialmente el poliuretano por aceites naturales, lo que proporciona un confort similar con un menor impacto medioambiental.

El colchón de espuma respecto al látex y los muelles

Composición y fabricación

La espuma, tanto viscoelástica como de alta resiliencia (HR), está compuesta por materiales sintéticos derivados del poliuretano con diferentes densidades y tratamientos. Presenta una estructura celular que puede ser abierta o cerrada según el tipo, y se fabrica mediante procesos químicos controlados, con la posibilidad de incorporar infusiones de materiales como gel, cuero o grafito para mejorar sus propiedades.

El látex puede ser natural (extraído del árbol Hevea Brasiliensis), sintético o mixto, con una estructura perforada que facilita la ventilación natural. Se fabrica por vulcanización, creando una estructura más elástica y homogénea, y resulta más natural y sostenible en su variante 100 % natural.

Los colchones de muelles consisten en una estructura metálica combinada con capas de relleno de espuma, fibras u otros materiales, con variantes avanzadas que utilizan muelles ensacados individualmente para evitar la transferencia de movimiento. Su fabricación es mecánicamente compleja y emplea diferentes calibres de acero, con tecnologías de zonas diferenciadas según las necesidades ergonómicas.

Sensaciones y confort

En cuanto a las sensaciones, la espuma ofrece un efecto «memoria» en el caso de la viscoelástica, que se adapta al contorno exacto del cuerpo, proporcionando una sensación de envolvimiento y alivio de la presión con absorción gradual del peso corporal. Aunque tradicionalmente puede retener el calor, los modelos avanzados incorporan tecnologías para reducir este efecto.

El látex proporciona una respuesta más inmediata y elástica, con un ligero efecto rebote y una adaptabilidad natural a la columna vertebral. Ofrece una sensación de soporte más consistente y uniforme, y es naturalmente más fresco y transpirable que la espuma convencional.

Los colchones de muelles brindan una mayor sensación de «flotación» sobre el colchón con un soporte más dinámico que reacciona a los movimientos. Disfrutan de una mejor ventilación natural gracias al espacio entre los muelles y proporcionan una firmeza progresiva que puede zonificarse para adaptarse a diferentes partes del cuerpo.

Durabilidad y mantenimiento

En términos de durabilidad, la espuma de alta densidad tiene una vida útil de 8-12 años y no requiere voltearlo completamente (solo rotación cabeza-pies). Puede sufrir cierta pérdida de recuperación con el tiempo, aunque los modelos de alta calidad son muy resistentes a las deformaciones permanentes.

El látex destaca por una vida útil superior, entre 12-20 años para el látex natural de alta calidad, con mayor resistencia a la deformación permanente. Su mantenimiento es sencillo, sin necesidad de voltearlo, y muestra una extraordinaria conservación de sus propiedades a lo largo del tiempo.

Los colchones de muelles tienen una vida útil de 8-15 años en modelos ensacados de calidad, pero requieren rotación periódica para un desgaste homogéneo. Los muelles pueden perder tensión con el tiempo, y existe la posibilidad de ruidos a largo plazo en modelos de menor calidad.

Aspectos de salud e higiene

Desde el punto de vista de la salud, la espuma es excelente para personas con alergias gracias a su resistencia natural a los ácaros. Los modelos avanzados incorporan propiedades antimicrobianas, aunque algunos pueden emitir ligeros olores iniciales por desgasificación.

El látex es naturalmente antifúngico y resistente a los ácaros, y resulta hipoalergénico en su variante sintética. No obstante, puede causar reacciones en personas con alergia al látex natural, aunque no presenta emisiones químicas en las variantes 100 % naturales.

Los colchones de muelles generan menos acumulación de humedad gracias a su ventilación natural y son menos propensos a retener olores. Necesitan fundas protectoras de calidad para evitar la penetración de ácaros, pero facilitan un entorno más seco y fresco que puede inhibir el crecimiento de bacterias.

¿Cómo saber si un colchón de espuma es bueno?

Tiene una densidad suficiente en kg/m3

La densidad de un colchón de espuma es crucial por tres razones fundamentales: determina directamente la durabilidad, ya que las espumas de alta densidad (40-60 kg/m³) mantienen sus propiedades durante más de una década, en comparación con las espumas de baja densidad (por debajo de 25 kg/m³), que se degradan rápidamente; proporciona un mejor soporte corporal, especialmente para la columna vertebral y los músculos, aunque es importante señalar que la densidad no es sinónimo de firmeza, ya que podemos encontrar espumas muy densas pero blandas y viceversa; y ofrece una mayor resistencia a la deformación, recuperando mejor su forma original tras una compresión prolongada, lo que evita las depresiones permanentes características de los colchones de baja calidad.

Densidades recomendadas según el tipo de espuma:

  • Espuma estándar: mínimo 30 kg/m3 para uso diario
  • Espuma HR (alta resiliencia): 35-50 kg/m3 para una buena durabilidad
  • Espuma viscoelástica: 50-85 kg/m3 en colchones de alta gama
  • Látex sintético: 65-85 kg/m3 para una durabilidad máxima

Los colchones de alta gama para hoteles suelen utilizar espumas con densidades superiores a las habituales en el mercado doméstico, lo que garantiza una mayor durabilidad en condiciones de uso intensivo.

Tiene el grosor adecuado en las diferentes capas

La estructura interna de un colchón de espuma de calidad suele ser multicapa, combinando diferentes tipos de espuma para lograr un equilibrio óptimo entre soporte y comodidad. Un colchón de espuma bien diseñado mantiene una proporción adecuada entre las diferentes capas.

Suele presentar una estructura multicapa compuesta por tres componentes esenciales: una capa base gruesa (10-20 cm) fabricada con espuma HR de alta densidad que proporciona soporte fundamental, estabilidad y longevidad a todo el colchón; capas intermedias de transición (2-8 cm) de espuma de densidad media que crean una progresión gradual entre la base firme y las capas superiores más blandas, evitando cambios bruscos en el soporte; y capas de confort (2-8 cm), normalmente fabricadas con espuma viscoelástica o materiales de respuesta similar, que proporcionan la sensación inmediata de confort, adaptabilidad y calidad que los consumidores experimentan al tumbarse sobre el colchón.

Un error común en los colchones económicos es sobredimensionar las capas de confort en relación con el núcleo, lo que ofrece una sensación agradable a corto plazo, pero compromete la durabilidad a largo plazo. En los modelos premium, cada capa está calibrada para cumplir su función específica, manteniendo un equilibrio que garantiza tanto la sensación inmediata de confort como las propiedades de soporte y durabilidad a largo plazo.

Incorpora tecnologías de ventilación y disipación del calor

Una de las principales críticas a los colchones de espuma tradicionales es su tendencia a retener el calor. Los fabricantes de calidad han desarrollado diversas tecnologías de refrigeración para solucionar el problema: estructuras de celda abierta que favorecen la circulación del aire y la absorción de la humedad, especialmente eficaces en las espumas HR de nueva generación; capas de espuma perforadas estratégicamente que crean canales de ventilación verticales a lo largo de todo el colchón; infusiones termoconductivas avanzadas, como partículas de gel, grafeno o cobre, que disipan activamente el calor corporal y proporcionan un efecto refrescante; y tejidos de alta tecnología para la funda con propiedades de refrigeración pasiva, materiales que cambian de fase para regular la temperatura y una transpirabilidad mejorada que actúa en combinación con el núcleo del colchón para mantener una temperatura óptima durante toda la noche.

Los modelos más avanzados suelen combinar varias de estas tecnologías, creando sistemas integrales de gestión térmica que proporcionan un microclima confortable durante toda la noche, eliminando así uno de los principales inconvenientes de los colchones de espuma convencionales.

Se han sometido a tratamientos antibacterianos e hipoalergénicos

La calidad de un colchón de espuma también se mide por su capacidad para ofrecer un entorno de descanso saludable, especialmente importante en el sector hotelero. Este tipo de material ofrece una resistencia inherente a los ácaros del polvo y al crecimiento de hongos gracias a su estructura celular y baja atracción de humedad, y además los modelos avanzados incorporan tratamientos antimicrobianos como la plata coloidal y compuestos de zinc que protegen contra una amplia gama de microorganismos durante toda la vida útil del colchón, entre otros.

Estos tratamientos son especialmente valorados en el sector hotelero, donde la higiene es una prioridad absoluta y los colchones deben mantener sus propiedades sanitarias a pesar del uso intensivo por parte de múltiples personas.

Conclusión: ¿es bueno un colchón de espuma?

En general, un colchón de espuma es una excelente opción para muchas personas. Ofrece un equilibrio entre comodidad, soporte y precio que lo hace adecuado para diferentes necesidades de descanso. Si buscamos un colchón que se adapte a nuestro cuerpo, reduzca los puntos de presión y minimice las interrupciones del sueño, un colchón de espuma podría ser la solución perfecta.

Hay que recordar que el mejor colchón es siempre el que se adapta a nuestras necesidades específicas. Necesitamos tomarnos el tiempo necesario para investigar y probar diferentes opciones antes de tomar una decisión que afectará a la calidad de nuestro descanso durante los próximos años.

En MATINER, somos fabricantes de una amplia gama de colchones de espuma diseñados para satisfacer las diversas necesidades de descanso. Nuestro catálogo incluye desde modelos viscoelásticos de primera calidad, como nuestros colchones Aura e Iris, hasta nuestra innovadora tecnología ECOLIFE® en el modelo Vita. Para aquellos que buscan diferentes niveles de firmeza, nuestra serie Verónica, con nuestra exclusiva tecnología Densitex®, proporciona un soporte inigualable sin sensación de hundimiento.

Tanto si se prefiere un colchón de espuma de densidad estándar, como nuestros modelos Blue e Ike para los más jóvenes, como si se necesita el apoyo adicional de nuestras opciones de alta densidad para personas con más peso, tenemos la solución perfecta para cada tipo de cuerpo. Incluso ofrecemos opciones personalizables con diferentes materiales de funda, como 100 % algodón, Douglas tergal o lona.

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