Transportar colchon

Transportar un colchón en traslados y mudanzas: guía completa

Uno de los elementos más voluminosos y aparentemente difíciles de transportar en cualquier mudanza es el colchón. Ya sea un colchón individual o de matrimonio, el colchón siempre tiene un lugar especial en la logística ya que al contrario que otros objetos voluminosos, como los muebles, no se puede desmontar para hacerlo caber en un espacio más reducido y así facilitar su traslado. Además se trata de un objeto relativamente pesado, lo que añade un plus a su dificultad de maniobra.

Para ello hemos preparado esta guia que será útil cuando tengamos que enfrentar a transportar un colchón.

Los preparativos: cubrir el colchón para evitar roturas o suciedad

Para empezar hay un punto esencial que siempre se debe tener presente a la hora de transportar un colchón y que hay que respetar: hay que cubrir el colchón para que éste no sufra daños o se ensucie durante el proceso. El colchón es uno de los objetos a los que pasamos más tiempo pegados cada dia (literalmente!) y es por ello que debemos mantenerlo en unas condiciones higiénicas más estrictas de lo normal.

Cuando hagamos un traslado con nuestro colchón deberemos recubrirlo con film de embalar especial para mudanza. Eso impedirá que se ensucie cuando contacte con superficies que no sean el somier y también evitará roturas o rasguños en su traslado. Un rollo de film es muy económico, pero si no disponemos de él, otra opción recomendable es usar telas, como mantas.

Si no hemos pensado en este punto, una buena opción de emergencia también es enfundar el colchón con par de sábanas bajeras viejas, una para cada lado, de manera que quede cubierto por ambos. Obviamente las sábanas pueden acabar sucias o con algún enganchón, pero siempre será mejor que esto no le ocurra al colchón, que tiene mucho más valor.

La pregunta clave justo antes de transportarlo: ¿podemos doblarlo o enrollarlo?

Una vez hayamos recubierto el colchón para evitar que sufra daños o se ensucie, llega un momento clave a la hora de transportar el colchón y que puede facilitarnos mucho su traslado: poderlo doblar o enrollar. Para ello debemos comprobar si el colchón lleva muelles o no.

Si el colchón lleva muelles, debemos descartar doblarlo o enrollarlo, ya que esto podría deformarlo y sería prácticamente imposible dejarlo en su estado original. Dormir encima de un colchón doblado, además de incómodo, puede conllevar riesgos para nuestra salud, especialmente para nuestras cervicales o nuestra columna vertebral.

En caso que el colchón no lleve muelles (sea de látex, de espuma, etc.) no debe haber ningún problema para tratar de enrollarlo o, como mínimo, doblarlo por la mitad, porque se trata de materiales que recuperan su forma original. De hecho, los fabricantes hacen de esto un reclamo para que compremos sus colchones, por lo que si esta publicidad es cierta, debemos poder manipular el colchón para trasladarlo.

De hecho, si nos fijamos, la mayoría de los colchones de viscoelástica, espuma o látex cuando se compran y se transportan inicialmente vienen enrollados; es así como nos los traen a nuestro domicilio. Esta técnica permite que el colchon ocupe un espacio mucho menor en el almacén y el medio de transporte y facilite mucho la logística del traslado. Es por ello que si tenemos un colchón de estas características (¡que no lleve muelles!) podremos proceder a doblarlo o enrollarlo para transportarlo mejor.

Eso sí, debemos procurar que el tiempo que un colchón permanece deformado es el mínimo posible, por lo que no es aconsejable que lo almacenemos así, por ejemplo, en un guardamuebles. Las fábricas de colchones disponen de prensas que permiten eliminar casi la totalidad del aire y así enrollar el colchón de forma óptima para minimizar la afectación sobre sus capas. En nuestra casa esto será prácticamente imposible, pero podemos ayudarnos de un par de correas tensoras, cuerdas o incluso pulpos de colche para doblar el colchón por la mitad o enrollarlo, de manera que podremos moverlo con mucha más agilidad e incluso transportarlo en espacios más reducidos.

La hora de la verdad: mover el colchón hasta el medio transporte

El número de alternativas para trasladar un colchón al medio de transporte que elijamos no es muy elevado. Para ello encontraremos utensilios tradicionales en las mudanzas. Entre los más utilizados tenemos la carretilla tradicional o un carro de mudanza, que son económicos e incluso se pueden alquilar. Ya sea doblado o en su formato original, con una carretilla podremos mover un colchón nosotros mismos sin demasiado esfuerzo. Al tratarse de un objeto voluminoso siempre está bién que alguien nos acompañe para darnos indicaciones y/o librarnos de obstáculos como abrir una puerta o apartar objetos, pero una persona sola con una carretilla puede mover un colchón con un poco de destreza.

Otro sistema que se puede usar para desplazar el colchón hasta el medio de transporte son los arneses de mudanza. Estos arneses reparten el peso del colchón entre dos personas usando todo su torso y espalda, por lo que resulta mucho más fácil mover así el colchón que hacerlo a pulso. Eso sí, para usar esta técnica es imprescindible que sean dos personas las que muevan el colchón. Se trata de un método útil cuando no se dispone de ascensor.

Por último en algunos casos podemos mover un colchón con una transpaleta, pero no es un instrumento que habitualmente encontramos dentro de un hogar y puede tener una capacidad de maniobra muy limitada en una casa. En las fábricas de colchones sí que son utensilios habituales para mover colchones apilados pero las características morfológicas de un almacén industrial distan mucho de las de una casa particular.

Un dato importante: el transporte adecuado

Si nuestro colchón no es de muelles y conseguimos doblarlo para que ocupe menos espacio puede ser incluso posible que quepa en un coche ancho, siempre y cuando se abatan primero los asientos traseros. No es la opción más recomendable, pero si no tenemos otra opción de transporte puede funcionar.

Lo preferible, de todas maneras, es que el colchón se transporte en un vehículo de tipo industrial, es decir, en una furgoneta, sea grande o pequeña, o si el colchón forma parte de una mudanza más grande, en un camión. En los casos de mudanzas transoceánicas, también se pueden transportar por barco o avión, pero evidentemente se trata de ocasiones en los que el traslado lo llevará a cabo con toda probabilidad un profesional de las mudanzas desde el principio.

La recomendación final: dejar reposar el colchón antes de volverlo a usar

Transportar un colchón implica que éste pueda deformarse, especialmente si lo doblamos o lo enrollamos (siempre que no tenga muelles, recordemos), pero incluso en los casos en los que lo transportemos en su forma recta, el hecho de bajarlo y subirlo al vehículo, el trayecto en el ascensor o las escaleras, etc., puede afectar a su forma. Por eso es importante dejar reposar el colchón unas cuantas horas una vez puesto de nuevo en plano antes de volver a usarlo, para que pueda recuperar su forma original. Cada fabricante tiene sus propias pautas en estos casos, aunque desde MATINER Natural-Descans recomendamos que este lapso de tiempo sea superior a las 6 horas. Es posible que el colchón incluso tarde unas horas más a adaptarse a su forma original a nivel milimétrico pero 6 horas es el tiempo básico para asegurarnos de que el colchón ha recuperado casi la totalidad de su formato original y que es comfortable y saludable dormir en él.

Importante: Cosas que NO recomendamos a la hora de trasladar un colchón

En esta guía hemos tratado de cubrir los aspectos más importantes a la hora de mover un colchón y para finalizar recopilaremos nuestros consejos sobre qué debemos descartar. por ello que queremos hacer hincapié en algunos puntos que no debes descartar.

Mover el colchón nosotros solos a pulso, sin una carretilla o carro de mudanza

En la mayoría de casos el colchón que se lleva a pulso termina siendo arrastrado por el suelo porque es difícil de manipular y, aunque esté bien envuelto, puede deformarse o rasgarse de forma irreversible. Además, con esta práctica podemos sufrir contracturas o lesiones musculares: debemos recordar que un colchón puede llegar a pesar 20 kg o incluso más de 40 según el caso.

Transportar el colchón en la baca de un coche

Seguramente más de una vez habremos visto a alguien transportar un colchón en la baca de un coche: Debemos descartarlo totalmente, por varios motivos. El primero es el de la seguridad, ya que el colchón en la baca del coche, por muy fuerte que vaya fijado, es susceptible de acabar actuando como una vela ante un golpe de viente inesperado. Eso podría provocar que perdiésemos el control del vehículo y tener un accidente. En segundo lugar, las circunstancias meteorológicas a menudo son muy caprichosas y nadie nos asegura que no se vaya a producir un chaparrón incluso en el momento más inesperado. Un colchón totalmente empapado podría acabar estropeándose de forma irreversible, produciendo moho y hongos que pueden afectar negativamente a nuestra salud si no se eliminan, etc.

Dejar el colchón por largo tiempo en un guardamuebles

Ya hemos dicho en este post que no debemos almacenar un colchón doblado o enrollado en un guardamuebles o cualquier otro lugar para no comprometer su integridad. Tampoco debemos hacerlo en posición vertical, dado que sus capas interiores también pueden deformarse de esta manera. Si nos vemos obligados a guardar el colchón en un lugar que no es nuestra cama, debe estar en posición horizontal, sin nada encima, en una superficie recta.

Consultar las indicaciones del fabricante

En MATINER Natural-Descans recomendamos consultar las indicaciones del fabricante cuanto a transporte de nuestro colchón, incluyendo la posibilidad de doblarlo o enrollarlo, las horas que debe dejarse reposar antes de volverse a usar, etc.

Los posts de MATINER Natural-Descans tienen fines informativos y no deben reemplazar el consejo de un médico u otro profesional médico.

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