Muchas veces después de comer se apodera de nosotros una sensación de sueño y cansancio y nos vienen ganas irresistibles de estirarnos un rato a descansar. Algunos afortunados tienen la suerte de poder disponer de tiempo para disfrutar de una siesta para relajarse un rato después de una ajetreada mañana de trabajo. Otros no tienen esta suerte y no se pueden rendir al sueño, deben continuar trabajado. En este post hablaremos de este fenómeno que es el sueño después de comer, denominado “somnolencia postprandial”, las principales causas según los expertos y cómo intentar que nos afecte lo mínimo posible a nuestra rutina diaria.
En MATINER Natural-Descans nos remitimos a la Sociedad Española del Sueño para explicar las causas del sueño después de comer. En un artículo en La Vanguardia, Javier Puertas, vicepresidente de la Sociedad Española del Sueño, vincula este fenómeno con los ciclos circadianos, es decir, con nuestro reloj biológico según la actividad solar: nuestro cuerpo biológicamente está orientado a experimentar dos momentos de somnolencia al día, uno cuando se hace de noche y otro unas 8 horas después de despertar, que caen generalmente después de comer en el caso de España, en que la jornada laboral suele empezar más tarde que en otros países, y de ahí la tradición de la siesta. Puede consultarse el artículo aquí.
Saber las causas de la llamada somnolencia postprandial nos ayuda a buscar soluciones que nos ayuden a eliminar o a reduïr esa sensación de tener sueño después de comer. Existen varias prácticas y hábitos que pueden ayudar a combatir esta sensación para evitar el “bajón” de después de comer:
No desayunar o desayunar poco puede provocar que cuando llegue la hora de la comida tengamos más hambre de lo habitual y esto nos lleve a comer más copiosamente. En cambio si desayunamos a una hora adecuada (aproximadamente una hora tras levantarse y antes de las nueve) nos permite equilibrar la cantidad de comida a lo largo del día y nos evita comer mucho a la hora del almuerzo. Lo ideal es optar por un desayuno rico en proteínas y grasa saludable: una tostada con huevos o salmón y aguacate o un yogur con cereales y fruta es un acierto asegurado. Un tentempié a media mañana nos ayudará a mantener activo nuestro metabolismo.
Muchos trabajadores nos pasamos horas y horas sentados en una silla de oficina y esto hace que nuestros músculos se relajen demasiado. Para activarnos a la hora de comer lo ideal es comer en un lugar distinto al de nuestro trabajo (hay que intentar evitar comer ante el ordenador, por ejemplo) para despejar la mente, y tras la comida salir al exterior a respirar aire fresco y caminar durante 10 o 15 minutos (si se dispone de tiempo) para ayudar a nuestro metabolismo y no tener la sensación de cansancio. En el caso de trabajar desde casa podemos aprovechar para pasear al perro o hacer algún recado.
A veces pensamos que el café nos activará y nos mantendrá despiertos tras la comida y lo consumimos más de la cuenta. Antes de tomar el segundo café, es mejor optar por beber más cantidad de agua, ya que en muchos casos la deshidratación está relacionada con la sensación de fatiga y cansancio.
Es importante reducir la ingesta de azúcar, especialmente de algunos productos que cuentan con altas cantidades de este nutriente y hacen que nuestros niveles de glucosa se disparen. Estos nos aportan energía un breve período de tiempo pero luego vuelve aparecer la somnolencia.
Es recomendable dormir como mínimo entre 7 y 8 horas al día para mantener nuestro cuerpo activado y con energía durante todo el día. Si dormimos menos horas nuestro cuerpo no aguanta durante todo el día y lo más probable es que después de comer empecemos a notar la sensación de tener sueño. Recordemos que según la Sociedad Española del Sueño un tercio de los españoles duermen menos horas de las que necesita, y eso hace que terminen el día muy cansados.
Si es posible evita comer comida contengan un gran contenido en grasas ya que nos llenan demasiado y nos dan sensación de pesadez, y esto provoca que nos vengan ganas de dormir. Las grasas deben ser saludables y es mejor consumirlas en el desayuno: huevos, aguacate, frutos secos, atún…). La mejor opción al mediodía es optar por comidas ricas en proteínas, ligeras, que ayuden a una fácil digestión y que nos permitan seguir trabajando y estar activos durante el resto del día.
¿Podría decirse que la siesta es seguramente el mejor invento de la humanidad? No sólo nos da placer sino que se ha demostrado que es muy beneficiosa tanto a nivel físico como mental. Al fin y al cabo, como hemos dicho al principio, nuestro cuerpo de manera natural tiende a reducir el ritmo tras 8 horas de despertarnos, así que podríamos entender este rato de sueño como una respuesta a está necesidad biológica.
Sin embargo, según los expertos no es muy recomendable alargar la siesta, ya que puede influir después en nuestro descanso nocturno y al mismo tiempo aturdidos, generarnos mal humor y en muchos casos incluso provocarnos más sueño que antes de estirarnos. Una siesta corta es suficiente. Descansar veinte o treinta minutos es el tiempo ideal para desconectar y despejar la mente. Eso sí, el lugar tiene un papel fundamental también: tiene que ser un sitio oscuro, fresco y silencioso para potenciar las propiedades de este rato de sueño.
Las siestas en el sofá son una de las imágenes más habituales en este momento de sueño después de comer. ¿Pero debemos optar por la cama? La siesta en el sofá suele ser más rápida que la siesta en la cama y es ideal si disponemos de poco tiempo (30-40 minutos) pero puede provocar que adoptemos una postura incómoda que a veces afecta a nuestra espalda y cuello y y puede provocarnos molestias incluso dolores permanentes. Por el contrario si disponemos de algo más de tiempo (1h-1:30h) los expertos recomiendan que la siesta la deberíamos hacer es en la cama ya que nuestro descanso es de mayor calidad. El hecho de meternos en la cama con el pijama ayudará a que la siesta sea más productiva aunque también puede jugar en nuestra contra ya que nos puede dar más pereza levantarnos y causar unas alteraciones en las rutinas de nuestro descanso.
El sueño después de comer tiene que ver con el colchón en la medida que cuanto mejor descansemos por la noche, menos sueño tendremos durante el día. Por eso es importante disponer de un colchón de calidad que proporcione comodidad y un buen apoyo para nuestra espalda. Un consejo: recurrir a profesionales del descanso como Matiner Natural-Descans fabricantes de colchones que proveen un sueño reparador, con los mejores materiales y diseño, te ayudará a encontrar el colchón que mejor se adapta a tus necesidades y preferencias.
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