La relación entre un buen descanso y los problemas cervicales es más estrecha de lo que pensamos. Muchas personas se despiertan con molestias en el cuello y, ante esta situación, suelen pensar que necesitan un colchón para cervicales como solución inmediata. Pero, ¿qué debemos saber realmente sobre los colchones cuando padecemos problemas cervicales?
Probablemente si has buscado por internet «colchón para cervicales» y has encontrado este artículo es porque tienes claro que tienes un problema en está zona. Si experimentas dolor en el cuello, dificultad para moverlo, hormigueo en brazos o manos, o incluso mareos y dolores de cabeza, podrías estar sufriendo un problema cervical. Estos síntomas pueden manifestarse de diferentes maneras: desde un dolor localizado que se irradia hacia hombros y brazos, hasta limitaciones en la movilidad que dificultan girar o flexionar el cuello. En casos más complejos, pueden aparecer síntomas neurológicos como adormecimiento en los dedos o pérdida de fuerza, así como problemas de equilibrio, tensión muscular e incluso dificultades para dormir.
En caso de experimentar estos síntomas, el primer paso es consultar con un médico para obtener un diagnóstico adecuado. Solo después podremos entender mejor cómo influye el descanso en nuestra salud cervical y qué podemos hacer para mejorarla.
Los problemas cervicales pueden tener diversos orígenes. Las malas posturas durante el trabajo, especialmente frente al ordenador, o el uso prolongado del móvil son causas muy frecuentes en la actualidad. También pueden surgir por traumatismos, como el conocido «latigazo cervical» tras un accidente, golpes o lesiones deportivas.
Con el tiempo, pueden aparecer problemas degenerativos como la artrosis cervical o el desgaste de los discos intervertebrales. Además, factores como el estrés, la tensión emocional, las sobrecargas por movimientos repetitivos o incluso la exposición al frío pueden provocar contracturas y molestias en esta zona sensible. El sedentarismo tampoco ayuda, ya que puede debilitar la musculatura, haciéndola más propensa a lesiones.
La conexión entre las cervicales y el descanso es bidireccional. Las cervicales influyen en cómo dormimos, y la calidad del sueño afecta directamente a nuestra salud cervical. Se trata de un ciclo que puede ser virtuoso o vicioso según las circunstancias. La clave está en entender que un buen sistema de descanso debe abordar ambos aspectos de esta relación: proporcionar el soporte adecuado para mantener una buena postura cervical durante el sueño y, al mismo tiempo, facilitar la relajación y recuperación necesarias para mantener la salud de esta zona tan sensible de nuestra columna.
Lo primero que debemos saber en nuestra búsqueda de un colchón para cervicales es que no existe un tipo de colchón específico que cure los problemas cervicales. El mercado está lleno de colchones etiquetados como «ortopédicos» o «específicos para cervicales» que no son incorrectos, pero no existe un estándar ni una validación médica real. Por eso para encontrar un colchón adecuado para nuestro problema debemos centrarnos en características verificables y principios ergonómicos demostrados.
Ergonómico es aquello que está diseñado basándose en el estudio científico del cuerpo humano y sus movimientos para proporcionar la máxima comodidad y eficiencia, minimizando la fatiga y el estrés en los músculos y articulaciones. Por ejemplo, una silla ergonómica no es simplemente una silla cómoda, sino una que ha sido diseñada considerando la curvatura natural de la columna, la altura ideal respecto a la mesa, el soporte lumbar necesario y la distribución correcta del peso corporal.
El diseño ergonómico de un colchón, por lo tanto, se basa en estudios biomecánicos y en la comprensión de cómo nuestro cuerpo descansa. Un buen colchón debe ofrecer una firmeza media-alta (entre 6-8 en una escala de 1-10) con capacidad de adaptación, y contar con zonas diferenciadas que respondan a las distintas necesidades de cada parte del cuerpo. La zona de los hombros, especialmente importante para las cervicales, debe tener la flexibilidad adecuada para mantener la columna alineada.
Un ejemplo de este diseño es el colchón colchón con viscoelástica air Sahara de MATINER Natural-Descans, con una firmeza media del 60%, o el colchón con viscoelástica air Venus, además del Olimpia Turmaline Black con HR técnico y biovisco.
Lo que ocurre a menudo es que las personas con problemas cervicales duermen mejor en hoteles de calidad que en su casa, a pesar de que en sus colchones duermen muchas personas y por lo tanto están sometidos a un uso más intensivo. Esto se debe a que estos establecimientos invierten en sistemas de descanso completos y profesionales, con colchones que se renuevan cada 3-4 años y reciben un mantenimiento constante. Esta experiencia nos enseña la importancia de considerar no solo el colchón, sino todo el conjunto: base, almohada y mantenimiento regular.
Los colchones de los hoteles suelen ser de firmeza equilibrada para permitir la adaptación sin hundimientos, materiales de calidad con núcleo resistente y capas de confort adaptativas, una buena ventilación para evitar la acumulación de humedad, una altura adecuada (entre 24-30 cm) con capas bien definidas y zonas diferenciadas que respeten la anatomía natural.
Para elegir un colchón adecuado para problemas cervicales es necesario tomarse el tiempo suficiente en la tienda para probarlo. En este post explicábamos cómo. También es importante verificar las especificaciones, como la densidad de los materiales o el número y disposición de las zonas de descanso, y las certificaciones, como la ISO 9001 de calidad y la Oeko-Tex de ausencia de sustancias nocivas. Además, existen tiendas que ofrecen periodos de prueba para verificar si el colchón se adapta a lo que uno necesita.
Cuando probamos un colchón para problemas cervicales debemos comprobar qué flexibilidad ofrece en la zona de los hombros, algo que suele poder encontrarse en algunos colchones de viscoelástica o de látex, por ejemplo, aunque no son los únicos, y alinear correctamente la cabeza y el cuello (lo sabremos si no sentimos tensión ni presión al estar tumbados). Una firmeza equilibrada significa que el colchón nos acoge sin hundirnos excesivamente, y además deberemos movernos fácilmente sin quedar atrapados en el material.
La elección de un colchón cuando tenemos problemas cervicales requiere un enfoque integral y personalizado. Es fundamental entender la estrecha relación entre el descanso y la salud cervical, y conocer qué características de un sistema de descanso pueden ayudarnos a mejorar nuestra calidad de vida. La clave está en la ergonomía: buscar un colchón que se adapte a nuestra anatomía y nos permita mantener una postura saludable durante el sueño.
Los posts de MATINER Natural-Descans tienen fines informativos y no deben reemplazar el consejo de un médico u otro profesional médico.