La lumbalgia afecta de forma significativa al descanso de las personas que la padecen. Al tener dolor en la parte baja de la espalda, les es difícil a menudo encontrar una postura cómoda, que no les provoque molestias en esa zona, y se mueven constantemente durante la noche. Eso provoca interrupciones en el sueño, impide entrar en fase de sueño profundo, y además empeora la percepción del dolor, creando un círculo vicioso donde el dolor causa problemas de sueño y la falta de sueño aumenta la sensibilidad al dolor.
Cuando esto ocurre, puede ser porque no contamos con un colchón adecuado para la lumbalgia, con una firmeza indicada, adaptabilidad, transpirabilidad y grueso suficiente, por ejemplo. Elegir un colchón para la lumbalgia debe contar con el consejo de un especialista médico, pero debemos recordar que no existe un estándar de producto para esta dolencia, como ya explicamos en el caso de los colchones para las cervicales. Debemos identificar qué necesidades tenemos y si el colchón que estamos valorando nos las cubre.
Para dar con el colchón adecuado para la lumbalgia, debemos entender en qué consiste. Sólo así podremos saber qué buscar.
La lumbalgia es el término médico para referirse al dolor en la parte baja de la espalda, específicamente en la zona lumbar. Está área comprende las cinco vértebras lumbares (llamadas L1, L2, L3, L4 y L5) situadas entre las costillas y la pelvis. Según la intensidad del dolor, se puede manifestar como un dolor sordo y constante, una sensación punzante aguda o rigidez y tensión muscular.
Esta dolencia puede ser aguda o subaguda cuando es puntual (hasta 12 semanas) o crónica si continúa después de ese periodo. Algunas de las causas suelen ser sobrecarga muscular, malas posturas, movimientos bruscos, enfermedades degenerativas como la artrosis o hernia discal, traumatismos, procesos inflamatorios o incluso factores congénitos. Entre los 30 y los 50 años es la edad más frecuente para padecer lumbalgia, el riesgo aumenta con el sedentarismo, el sobrepeso, los trabajos de esfuerzo físico o que requieren el mantenimiento de una sola postura, e incluso psicosociales (estrés, ansiedad, depresión…)
Entender la lumbalgia nos permite situarnos a la hora de elegir un colchón, porque quizá no es necesario cambiarlo si el dolor no es crónico, por ejemplo, o si el origen del dolor no está relacionado con el descanso sino con otros factores como posturas inadecuadas durante el día o lesiones específicas que requieren otro tipo de tratamiento. Pero si vemos necesario el cambio porque el dolor es sostenido, debemos buscar en un colchón ciertas características concretas.
Como hemos dicho, la lumbalgia es dolor en la parte baja de la espalda o lumbar. Esto significa que para dormir necesitamos un colchón que proporcione el soporte adecuado a esta zona, manteniendo la columna vertebral en una posición natural y aliviando la presión sobre los discos intervertebrales y los músculos lumbares. El colchón debe favorecer la correcta alineación de la columna, adaptándose a las curvas naturales del cuerpo y distribuyendo uniformemente el peso para evitar tensiones adicionales en la zona afectada.
Viendo cómo debe ser un colchón para la lumbalgia podemos intuir cómo no debe ser, y si tenemos lumbalgia y nuestro colchón se parece a estos, tal vez debamos valorar cambiarlo:
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Para evitar empeorar la lumbalgia, es importante evaluar regularmente el estado de tu colchón y considerar reemplazarlo cuando empiece a mostrar signos de desgaste o cuando te despiertas constantemente con dolor de espalda.
Los colchones de alta gama de MATINER Natural-Descans como el Heveá tienen hasta 7 zonas de descanso. Ofrece un 60% de firmeza (dentro del rango recomendado), cuenta con 5 zonas de descanso diferenciadas con refuerzo específico en la zona central, proporciona una excelente adaptabilidad que mantiene la alineación correcta de la columna, incluye 4 canales de ventilación que evitan la acumulación de humedad y calor (factores que pueden aumentar la tensión muscular), tiene una altura de 21 cm que facilita la entrada y salida de la cama, presenta una alta elasticidad que distribuye el peso uniformemente evitando puntos de presión, e incorpora un diseño ergonómico que respeta la forma natural del cuerpo, haciéndolo compatible con todas las posturas de descanso, un aspecto importante para personas que necesitan cambiar frecuentemente de posición durante la noche.
Los posts de MATINER Natural-Descans tienen fines informativos y no deben reemplazar el consejo de un médico u otro profesional médico.